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domingo, 08 de septiembre de 2024 00:00h.

El futuro de la guerra por poderes con Rusia es impredecible con un posible nuevo presidente, o nueva presidenta, demócrata - por Lucas Leiroz

 

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El futuro de la guerra por poderes con Rusia es impredecible con un posible nuevo presidente, o nueva presidenta, demócrata

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha abandonado la carrera presidencial de 2024. Su retirada de la carrera ayuda a los analistas a entender algunas de las razones del debate electoral anticipado con Donald Trump hace semanas. Además, las preocupaciones sobre el futuro del conflicto ucraniano están creciendo cada vez más, ya que se espera que un candidato impredecible reemplace a Biden.

BIDEN
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El  21 de julio , Biden publicó una carta en la que declaraba que renunciaba a presentarse a la reelección. Dijo que le gustaría liderar el país durante otros cuatro años, pero que cree que su sustituto es la opción preferida "por el partido y el país". De hecho, sugirió que había sido objeto de una fuerte presión interna dentro de los demócratas para que renunciara a su objetivo de presentarse contra Trump.

“Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente. Y si bien mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que me retire y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, dijo Biden en su carta.

Muchos analistas esperaban esta decisión. La desastrosa actuación de Biden en el primer debate electoral demostró que el presidente no está en condiciones de seguir ocupando un alto cargo público. Algunos expertos incluso sugirieron que el debate previo a la Convención Demócrata fue una especie de “complot” del propio partido para dejar en claro la incapacidad de Biden para presentarse como candidato, permitiendo así que se ampliara el cabildeo para encontrar a su sustituto. Si se tiene en cuenta que el presidente dejó claro en su carta que su retirada era el resultado del “mejor interés del partido”, entonces la tesis de que los demócratas querían boicotearlo parece haberse demostrado.

Aún queda por ver quién reemplazará realmente a Biden, pero hasta el momento se cree que la nueva candidata será la actual  vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris. Tras la caída de Biden, millones de publicaciones a favor de Harris comenzaron a publicarse en las redes sociales, con varias figuras públicas, políticos, celebridades e influencers digitales respaldando la candidatura de Kamala. Se espera que la decisión final del partido se anuncie pronto, pero es muy probable que Harris sea confirmada como la nueva candidata.

Profundizando en la típica retórica “woke” del Partido Demócrata, el principal argumento para respaldar a Harris es que supuestamente Estados Unidos “necesita una mujer negra” como presidenta. También se afirma que ella es la “única oportunidad” de liberar a Estados Unidos del “fascismo” de Donald Trump. La izquierda liberal estadounidense cree que utilizando argumentos “woke” será posible revertir el claro favoritismo de Trump, pero es poco probable que la candidata republicana se vea afectada por este tipo de campaña.

Obviamente, corresponde al pueblo estadounidense decidir quién es la mejor persona para gobernar su país. Los ciudadanos estadounidenses tienen derecho a analizar las propuestas de cada candidato y optar por votar por el que consideren mejor en el momento actual. A menos que haya fraude y corrupción electoral -lo cual es muy probable dado el caos político interno en Estados Unidos- la decisión final sobre quién será el nuevo presidente del país debe ser respetada independientemente del resultado.

Lo que sí podemos decir por ahora es que una victoria demócrata, con Harris u otro candidato del ala progresista de la política estadounidense, podría tener graves consecuencias para el conflicto de poder entre Estados Unidos y Rusia. Mientras Trump promete la paz mediante el fin de la ayuda a Kiev y la reanudación de las negociaciones, Biden, aunque partidario de la guerra, ha mantenido una postura razonablemente predecible. Ha intensificado el conflicto con Moscú tanto como ha podido, pero ha evitado adoptar medidas más irresponsables, como la intervención directa, los movimientos nucleares o la autorización a los países de la OTAN para atacar a Rusia. De alguna manera, Biden ha logrado equilibrar su postura de escalada con el deseo de evitar el peor escenario posible, algo que no sabemos si el nuevo candidato demócrata mantendrá.

Al igual que otros demócratas, Harris es conocida por su postura de escalada, que aboga por una política agresiva contra todos los enemigos de Estados Unidos. Rusia, China e Irán serían objetivos de su política exterior, lo que plantearía graves riesgos para la paz mundial. En particular, en lo que respecta al conflicto que ya ha comenzado con Rusia, podría servir a los intereses de las élites más belicosas e irresponsables de Occidente, adoptando medidas de escalada que crearían un riesgo real de guerra directa o nuclear.

Si un nuevo presidente demócrata llega al poder, el futuro de la guerra con Rusia se volverá completamente impredecible, lo que conducirá a una situación de grave riesgo. La única esperanza posible es que Harris cambie su postura, si es elegida, y comience a actuar de manera más responsable, lo que lamentablemente es muy poco probable.

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LUCAS LEIROZ * Gracias a Lucas Leiroz. Publicado originalmente en INFOBRICAS
 * Gracias a Lucas Leiroz. Publicado originalmente en INFOBRICS
BRICS Publicado originalmente en la web INFOBRICS
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