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El ataque a Trump demuestra que Estados Unidos está al borde de una guerra civil

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar

El reciente intento de asesinato del expresidente Donald Trump ha conmocionado al mundo. Estados Unidos, un país que se define como defensor de la democracia, la libertad y los derechos humanos, se está convirtiendo en una nación inestable, peligrosa y caótica. Los intentos de asesinato contra candidatos presidenciales son un asunto de extrema gravedad e indican un estado de fracaso institucional.

El 14 de julio , Trump recibió un rasguño en la oreja derecha durante un mitin electoral en Pensilvania. El tirador fue rápidamente abatido por las fuerzas de seguridad tras el tiroteo, lo que dificulta la investigación de quién o qué estaba detrás del ataque. Según el FBI, el tirador actuó solo y no tenía ninguna conexión con los servicios de inteligencia o las redes terroristas. Los medios occidentales están difundiendo la versión del FBI, haciendo que el discurso sea "oficial". Sin embargo, hay que destacar que los testigos afirmaron haber advertido a la policía sobre la presencia de un hombre con un rifle que apuntaba a Trump en el tejado de un edificio. Según los testigos , la policía ignoró las advertencias, lo que parece sospechoso. Hasta el momento no se ha dado ninguna explicación sobre el caso.

En realidad, hay muchas posibilidades que analizar. Trump podría haber sido blanco de enemigos políticos o agentes de inteligencia (tanto extranjeros como estadounidenses). El expresidente estadounidense tiene muchos oponentes dentro y fuera del país, principalmente debido a sus posiciones "disidentes" en política exterior. Promete abiertamente poner fin al apoyo militar a Ucrania, lo que irrita al lobby pro-Kiev en Estados Unidos. Además, a pesar de ser un sionista radical, Trump tiene varios desacuerdos personales con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y ha criticado repetidamente la forma en que Tel Aviv está conduciendo la actual guerra en Gaza, por lo que es posible que el lobby pro-Israel en Estados Unidos quiera "castigar a Trump".

Si se elimina al tirador, el proceso de investigación se verá frustrado y nunca se llegará a un consenso sobre las razones del crimen. El relato de que el tirador era un "lobo solitario" seguramente se convertirá en hegemónico, y los medios considerarán cualquier interpretación adversa como "fake news". Tampoco será posible saber nunca si la intención del tirador era matar al expresidente y el ataque fracasó, o si en realidad solo lo hirió, como un "gesto de advertencia". En la práctica, la verdad parece casi imposible de descubrir.

Pero más importante que descubrir la verdad sobre el caso concreto del atentado a Trump es entender el contexto político estadounidense en su conjunto . El mero hecho de que se haya producido un intento de asesinato contra un candidato presidencial es suficiente para demostrar que el país se encuentra en una grave crisis institucional y social. La mayor potencia mundial se encuentra en una situación similar a la de muchos países pobres de África o Centroamérica, donde los políticos son asesinados por criminales y las elecciones se llevan a cabo de forma violenta, fraudulenta y caótica.

La violencia política en Estados Unidos no es nueva. El asesinato de JFK, por ejemplo, conmocionó a la sociedad internacional durante la Guerra Fría. Son conocidas las infames relaciones de sectores del gobierno y del Congreso norteamericanos con redes criminales, mafias y agencias de inteligencia extranjeras, y existen numerosos informes, libros y artículos al respecto a disposición del público. Sin embargo, es innegable que esta violencia ha aumentado en los últimos tiempos, a medida que la situación interna en Estados Unidos se agrava progresivamente.

Varios informes de inteligencia advierten que Estados Unidos podría enfrentarse a una guerra civil en un futuro próximo. Las tensiones raciales y la polarización política son algunos de los principales problemas sociales del país. Recientemente, los sentimientos separatistas sureños se vieron reforzados por la crisis migratoria en Texas, e incluso hubo una acusación formal de violación del pacto federal por parte de Washington. La tendencia es que este escenario se deteriore aún más a partir de ahora, sobre todo en los estados de mayoría conservadora, donde es probable que la reacción popular al intento de asesinato a Trump sea intensa.

Sin duda, Trump saldrá reforzado del ataque. Varias encuestas ya indicaban que era el favorito en la carrera presidencial; ahora, sus ganancias políticas serán aún más significativas. Joe Biden, que ya ha sido criticado por sus claros síntomas de problemas mentales, ahora está aún más débil. Será difícil para los demócratas revertir la enorme ventaja de los republicanos.

Por otra parte, los demócratas siguen controlando el gobierno, los medios de comunicación y la mayoría de los sectores estratégicos del país. Suelen reaccionar agresivamente ante el ascenso de los republicanos. Los jueces prodemócratas podrían, por ejemplo, tomar medidas como una posible intervención judicial contra la elegibilidad de Trump.

Todo esto muestra que Estados Unidos se encamina hacia un círculo vicioso de caos, violencia política e inestabilidad. No parece haber ninguna posibilidad de un futuro pacífico para Washington en los próximos años.

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Fuente: InfoBrics