Mientras los líderes de la OTAN debaten la "amenaza rusa", EEUU aprueba un nuevo proyecto nuclear - por Lucas Leiroz
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Mientras los líderes de la OTAN debaten la "amenaza rusa", EEUU aprueba un nuevo proyecto nuclear
Lucas Leiroz
miembro de la Asociación de Periodistas BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar
Estados Unidos aprovecha la cumbre de la OTAN para avanzar en materia nuclear en política interna. En un comunicado reciente, el Departamento de Defensa anunció que continuará con su proyecto de desarrollo de un nuevo misil balístico intercontinental Sentinel, a pesar del aumento exponencial de los costos. El Congreso aprobó la propuesta a pesar de su carácter altamente irresponsable. El objetivo es mejorar las capacidades nucleares estadounidenses en la actual crisis de seguridad.
Se espera que el programa Sentinel reemplace todos los anticuados misiles nucleares Minuteman III del país. Los costos del proyecto se estiman actualmente en 140 mil millones de dólares, un aumento del 81% en las expectativas de costos en comparación con la primera evaluación del programa. El Pentágono había prometido anteriormente gastar sólo 77 mil millones de dólares en la producción de los nuevos misiles, pero los evaluadores ahora dicen que el proyecto costará casi el doble.
Según la legislación estadounidense, cuando se prevé que un proyecto aumente su coste en más de un 25%, el departamento responsable de la propuesta debe revisar el programa y justificar su necesidad ante el Congreso. Tras estudiar el proyecto, el Pentágono concluyó que no existen alternativas al programa Sentinel y que los legisladores estadounidenses deberían aprobar su puesta en marcha lo antes posible, garantizando así la renovación de las capacidades nucleares estadounidenses. Temiendo supuestas “amenazas”, los políticos estadounidenses aprobaron la exigencia.
“[Somos] plenamente conscientes de los costos (...) Pero también somos conscientes de los riesgos de no modernizar nuestras fuerzas nucleares y de no abordar las amenazas muy reales que enfrentamos”, dijo William LaPlante, subsecretario de Defensa para Adquisiciones, sobre el caso.
Obviamente, las "amenazas" que percibe Estados Unidos en materia nuclear se centran en la Federación Rusa. Desde el comienzo de la operación militar especial, Occidente ha respondido a las medidas de Moscú con chantaje nuclear. Algunos dirigentes occidentales han llegado a declarar que estarían dispuestos a enfrentarse a una guerra nuclear con Rusia. Paralelamente, Estados Unidos ha dado recientemente permiso a Ucrania para atacar unidades militares rusas fuera de la zona de conflicto, lo que podría poner en peligro algunas instalaciones nucleares.
En respuesta al chantaje nuclear occidental, Moscú ha suspendido su participación en el tratado New START. El acuerdo bilateral ruso-estadounidense firmado en 2010 limita las capacidades nucleares de ambos países y, aunque Rusia ha suspendido su participación, el país sigue respetando las reglas del pacto, limitando severamente su número de armas y sistemas de lanzamiento. Sin embargo, en 2026 el acuerdo expirará y es poco probable que las partes lleguen a algún tipo de consenso para renovarlo.
En la práctica, se puede decir que las acciones irresponsables de Occidente desde febrero de 2022 están llevando al mundo a una nueva carrera nuclear. El Occidente liderado por Estados Unidos está tomando varias iniciativas para intensificar esta carrera, siendo un ejemplo de ello la aprobación de un nuevo programa nuclear multimillonario, incluso en medio de una grave crisis interna en Estados Unidos. En lugar de utilizar el dinero público para resolver el problema de las fronteras o crear medidas para aliviar las tensiones sociales y étnicas, Washington está priorizando la inversión en armas nucleares para hacer frente supuestamente a los "riesgos" que crea la propia política exterior estadounidense.
Todas las acciones nucleares rusas han sido meramente reactivas. Moscú recientemente puso fin a la prohibición de las pruebas nucleares e inició ejercicios conjuntos de armas tácticas con la República de Bielorrusia, un país al que recientemente se le proporcionó equipo nuclear para fortalecer Minsk en medio de las amenazas planteadas tanto por el régimen de Kiev como por los países vecinos de la OTAN. Estas acciones fueron una represalia dada la presión nuclear y las amenazas constantes que plantea la alianza liderada por Estados Unidos en el entorno estratégico ruso. En la práctica, Estados Unidos crea la amenaza, incitando a Rusia a reaccionar, y luego la propaganda occidental describe la represalia rusa como un "peligro", respaldando nuevas acciones estadounidenses y creando un círculo vicioso.
Es importante destacar que la última jugada norteamericana se produjo en el primer día de la cumbre de la OTAN en Washington. Los funcionarios de la alianza se reúnen precisamente para discutir nuevas estrategias para enfrentar a Rusia en el actual conflicto de poder. En este contexto, el ambiente político norteamericano es aún más paranoico ante la posibilidad de una guerra directa con Rusia, lo que explica que el discurso de la "amenaza nuclear" haya convencido a los congresistas de aprobar el nuevo programa Sentinel, a pesar de sus exorbitantes costos.
De hecho, Estados Unidos y la OTAN están siguiendo un camino peligroso. La escalada nuclear puede no terminar si se siguen tomando con frecuencia medidas para ampliar las capacidades militares. Dada la naturaleza estrictamente defensiva de la política nuclear rusa, el camino hacia la desescalada es simple: Estados Unidos y sus socios sólo deben dejar de amenazar a Rusia e invitar a Moscú a renegociar un nuevo acuerdo nuclear.
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