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La Reforma de la Ley de Extranjería. Una Oportunidad Perdida - por Jacinto Ortega del Rosario

exconcejal de Cohesión Social, Igualdad y Juventud del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. 

La reciente caída de la reforma de la Ley de Extranjería en el parlamento ha dejado a muchos con un sentimiento de decepción y frustración. Se había generado una expectativa significativa en torno a esta reforma, vista como una oportunidad vital para abordar problemas estructurales en el sistema de inmigración español. Sin embargo, al final, la propuesta no logró salir adelante, quedándose corta en su alcance y ambición.

Un Sistema Desactualizado.

La actual Ley de Extranjería ha sido criticada durante años por ser insuficiente y estar desfasada en relación con la realidad social y económica de España. Las dificultades burocráticas, los largos tiempos de espera y la falta de vías claras para la regularización son solo algunos de los problemas que enfrentan los inmigrantes. Muchos esperábamos que la nueva reforma pudiera ofrecer soluciones concretas a estos problemas, simplificando los procesos y haciendo el sistema más justo y eficiente.

Expectativas No Cumplidas

Las promesas iniciales de una reforma transformadora crearon una ola de optimismo entre defensores de derechos humanos, organizaciones de apoyo a inmigrantes y la comunidad migrante en general. Sin embargo, lo que finalmente se presentó y debatió fue una versión diluida de esas promesas, con cambios superficiales que no atacaban el fondo de los problemas. La falta de voluntad política y el temor a un posible backlash de ciertos sectores conservadores parecen haber influido en la redacción final de la reforma.

Consecuencias Humanas.

El impacto de no reformar adecuadamente la Ley de Extranjería no es solo una cuestión política o administrativa; tiene consecuencias humanas profundas. Miles de personas continúan viviendo en la incertidumbre, sin poder regularizar su situación y, por ende, sin acceso a derechos básicos como el empleo formal, la salud y la educación. Esta situación perpetúa la marginalización y la explotación, creando un círculo vicioso del que es difícil salir.

La Opinión de Quienes La Consideramos Necesaria.

Para quienes vemos la reforma como una necesidad urgente, la falta de avance es un recordatorio amargo de las prioridades mal dirigidas del gobierno. La inmigración no es solo un tema de control de fronteras; es una cuestión de derechos humanos y de justicia social. Un sistema más inclusivo y eficiente no solo beneficiaría a los inmigrantes, sino que también fortalecería la cohesión social y contribuiría al desarrollo económico del país.

Los argumentos a favor de una reforma integral son claros: necesitamos un sistema que permita la integración real de los inmigrantes, reconociendo su contribución a la sociedad y ofreciéndoles la posibilidad de vivir con dignidad y seguridad. 

Una ley que siga siendo restrictiva y complicada solo alimenta la ilegalidad y la explotación, en lugar de resolverlos.

La caída de la reforma de la Ley de Extranjería es, sin duda, una oportunidad perdida. Es un llamado a la acción para todos nosotros que creemos en una sociedad más justa e inclusiva. No debemos resignarnos; en cambio, debemos redoblar nuestros esfuerzos para presionar por un cambio real y significativo. 

La historia nos ha mostrado que las grandes reformas no ocurren de la noche a la mañana, pero con perseverancia y determinación, podemos seguir luchando por una ley de extranjería que esté a la altura de nuestras expectativas y necesidades.

Jacinto Ortega del Rosario,