Musk y la megaiglesia, éxtasis y repetición: el oscuro discurso de Netanyahu ante el Congreso - por Esther Solomon
Federico Aguilera Klink y Chema Tante recomiendan esta reseña del oprobioso discurso del asesino en masa Netanyahu que hace Solomon en HAARETZ y recuerdan de nuevo que tanto la autora como el medio son tan israelís y pertenecie
entes a la comunidad judia como quienes más. Y también llaman la atención sobre el hecho de que además de los 80 congresistasque no asistieron, 55 mostraron su rechazo en la misma sesión, con lo que la cifra de disidentes alcanzó los 135
27 de julio de 2024 (07:00 h.)
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Esther Solomon
redactora jefe, HAARETZ EN INGLÉS
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| El discurso del primer ministro Benjamin Netanyahu ante el Congreso fue un animal extraño: un pseudo-Estado de la Unión combinado con prédicas de megaiglesias evangélicas y un discurso militar de motivación, con suficiente fanfarronería estadounidense como para desencadenar una ronda de cánticos de "¡EE. UU.!" desde los escaños republicanos y la aparición especial de Elon Musk, amigo de la extrema derecha, mientras los manifestantes afuera quemaban su efigie . La aparición fue un intento de repetir todos los complacientes de multitudes de Netanyahu, en su momento confiables. La descripción de la alianza entre Estados Unidos e Israel como una fuerza inmutable, si no divina, ("Que Dios bendiga la gran alianza entre Israel y Estados Unidos para siempre"), la caracterización de Israel como vencedor y víctima, la demonización de los críticos de su propio gobierno y las acciones de Israel en Gaza como "idiotas útiles de Irán" que "están con Hamás", el negacionismo sobre el papel de Israel en las decenas de miles de muertes de civiles en Gaza, la invocación de tropos de choque de civilizaciones, el robo de versículos de la Biblia (llamando a los soldados de las FDI "los leones de Judá, los leones de Israel"), el uso de accesorios (esta vez, usando accesorios humanos reales: la rehén liberada Noa Argamani y soldados heridos), la jactancia sobre la "poderosa y vibrante democracia" de Israel, a pesar de sus propios esfuerzos concertados e inacabados para debilitarla y subvertirla. Pero las 52 ovaciones de pie ocultaron una desnudez esencial: las omisiones en el discurso fueron tan flagrantes como la ausencia de más de 80 miembros demócratas del Congreso que decidieron no asistir. Busquen en el texto en vano las palabras " acuerdo de rehenes ", "alto el fuego" o "solución de dos estados". El guiño al apoyo bipartidista a Israel se sintió más frágil que nunca ("Estados Unidos nos respalda, en ambos partidos"). La afirmación extrapolada de que cada batalla en Khan Yunis era existencial para la seguridad nacional de Estados Unidos y por lo tanto requería un apoyo incondicional ("No solo nos estamos protegiendo a nosotros mismos, los estamos protegiendo a ustedes... Nuestra lucha es su lucha, nuestra victoria es su victoria") sonó hueca, como lo fue la formulación menos que definitiva de que "Israel no busca reasentar a Gaza". Netanyahu ofreció una visión oscura, espartana y de suma cero del mundo hecha a medida para su base de seguidores hiperconservadores del Congreso. Pero, a pesar de la adulación republicana en la cámara, Netanyahu no puede venderle productos caducados al mundo exterior, y menos aún a su audiencia en su país, que ha escuchado su discurso fallido demasiadas veces y ha vivido y muerto sus consecuencias. |
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