Otros de Erasmo Quintana en La casa de mi tía

Casos y cosas de esta España singular, junto a una Canarias desconocida en la Península

Erasmo Quintana

Nos venden que España es un país solidario y una democracia plena, pero la tozuda realidad nos dice que es también un país corrupto. Porque las personas honradas, que tienen el cuidado de conducirse con las normas de honestidad y ejemplaridad, se quedan sin palabras por cómo el Sistema lava la imagen de un desalmado perteneciente a la más que desacreditada familia francesa, la Casa de Borbón. En días pasados, en Sanxenxo, Pontevedra (Galicia), sus regatistas estaban tan contentos como si les hubiera tocado la Lotería, pues tenían la visita del Emérito -que coge un avión para él solo desde Abu Dabi-, justo cuando han salido publicadas unas fotos refocilándose con su entonces amante Bárbara Rey. Tan tremenda era la ocasión, que le dieron mayor lucimiento entregándole una distinguida medalla por sus “muchos méritos” deportivos. ¿Milagrosa impunidad?

Juan Carlos I recibe en Sanxenxo la primera medalla de oro que concede la Federación Gallega de Vela EUROPA PRESS

Al mismo tiempo, ya es un hartazgo la persecución investigadora sobre la esposa del presidente Sánchez, Begoña Gómez (luego afirman que los jueces no se meten en política), humillándola, buscándole algo, lo que sea, todo porque es la esposa de Pedro Sánchez, como si de una descarada sinvergüenza se tratara. Lo que ha hecho y destrozado el Borbón, además de “ejemplar”, es pecata minuta; lo de Begoña no tiene nombre, y parece que ha cometido el más execrable de los crímenes. Además, de tanto zarandearla, ya la han condenado, es culpable. Este es nuestro país. El juez de Instrucción, Juan Carlos Peinado, acudió en persona a La Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, para interrogar como testigo a Pedro Sánchez, Jefe del Ejecutivo (no hizo falta el ruido de tambores) en el marco de la causa abierta contra su esposa Begoña, por supuesto tráfico de influencias y corrupción en los negocios. En el punto de mira de este Hijo del Trueno es imputar al mismo presidente Sánchez, objetivo coincidente con los abogados del fascista partido Vox y el sindicato de la misma cuerda Manos Limpias; el fin último, cargarse de una vez el Gobierno progresista.

Lo que más llama la atención de propios y extraños es que en un sistema democrático un juez, arropado por partidos de signo fascista pretendan derribar un Gobierno elegido democráticamente, imputando a su presidente, sin saberse muy bien en base a qué imaginarios delitos. A todo esto lo acompañan incomprensiblemente, Felipe González, Alfonso Guerra, García Page, Lambán, Bono, etc., esos que se hacían llamar “de izquierdas”. La conocida “Toga Nostra” es una de las patas del trípode Montesquieano, que apadrina todo este alocado y sorprendente caldo de cultivo que lo hace posible. Y un hecho inédito: por primera vez en la historia democrática de nuestro país (España no tiene remedio) un juez inquisidor acuerda, no sabemos en base a qué ley, personarse en el Palacio de La Moncloa y tomarle declaración al presidente del Gobierno para que declare “en contra de su esposa”. Todo, escenografía.

En cuanto a nuestra región canaria, más de lo mismo. Algo que de siempre ha ocurrido en Canarias es que no la conocen bien en la Metrópoli, con sus más de dos mil kilómetros que la separan. No es muy conocida en la Península con independencia de partidos políticos. Una realidad que tiene que ver con todos. A esta Comunidad ultraperiférica la consideran las Islas Afortunadas o el Jardín de Las Hespérides, pero la realidad es muy otra: la Comunidad más pobre de España, de las más pobres de Europa. Lo que la hace singular es su posición estratégica y un envidiable clima tropical perenne. De ser el principal puerto de la inmensa inmigración africana, y los errores de cálculo que le cuesta a esta Región unos 840 millones, que nuestro Ejecutivo tendrá que pelear, porque ese respetable importe se le está negando al considerarnos durante un cuarto de siglo con un Producto Interior Bruto inflado, como si tuviéramos una Comunidad rica, cuando en realidad es todo lo contrario.

Bruselas califica a los territorios europeos en tres grupos según el nivel de su desarrollo. El grupo en que está cada territorio determina que reciba una mayor o menor cantidad de los fondos llamados estructurales, así como de inversión. Al haberse sobrevalorado el PIB canario, error en el que incurrió el Instituto Nacional de Estadística, Bruselas consideró a Canarias como de las regiones más ricas, lo que le hizo perder en el periodo 2014-2020, esos 840 millones de euros. Pero el peninsular, volvamos al caso, tiene la idea muy acendrada de que los canarios vivimos en la gloria, despertándoles una envidia insana, cuando lo que somos en realidad es que malvivimos. Son esos dos mil kilómetros que nos condenan a ser Región ultraperiférica, por lo que no estamos sobrados de nada, a pesar de que somos uno de los principales destinos de turismo preponderantemente internacional. 

Las cabezas pensantes nacionales no se toman el debido interés con nosotros, los canarios, que sí se toman en cualquier otro rincón de la geografía peninsular. Y esto, me repito, no va de partidos o de ideologías;  en el caso que nos ocupa, todos son y actúan de la misma manera, y así le va de lucida a esta abandonada y maltratada Comunidad Canaria; en la cola de todas las Autonomías, y campeona en todo lo malo.  

Erasmo Quintana 

Edición de Chema Tante