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 ¿No se puede estar en política lejos de la corrupción?

Erasmo Quintana *

La inevitable corrupción parece que es el estado natural en el que se desenvuelve cualquier actividad que tenga que ver con los políticos. Corrupción y política, pues, lo consideramos como las dos caras de la misma moneda. En nuestra Comunidad, sin ir más lejos, tenemos toda una retahíla de casos de corrupción, que me ahorro enumerar por entender que son de dominio público. Entendemos, sin embargo, el fenómeno como algo consustancial a nuestra sociedad, que situaré en los mismos albores del más reciente tiempo nacional. El golpista general Franco, con su victoria en abril de 1939, llegó a ser el dueño absoluto de España, incluso la convirtió en un inmenso cuartel militar; hasta pocos días antes de morir no paró en la tarea de firmar penas de muerte. Ejecutar, segando la vida a alguien por sus ideas ¿no es también corrupción?

Su peculiarísimo modo de entender la política lo llevó a tener claro que el bolsillo y la patria iban indefectiblemente unidos. Historiadores de mucho prestigio convergieron en la idea de que los logros milagrosos de Franco no fueron los de un benefactor sino los de un hábil manipulador de su infinito poder. Ya en plena contienda, el contrabandista Juan March, le hizo llegar millones para Carmen Polo y Carmencita, a las que puso a buen recaudo en Francia, por si la intentona fracasaba. Si algo decían los incondicionales del dictador era para hacer ver el ejemplar comportamiento y lo duro que trabajaba por España, lo que se sacrificaba por ella en la soledad de su despacho, muchas veces hasta la llegada del alba.

A lo largo de medio siglo la clase adinerada franquista logró portentosos beneficios realizando sus negocios bajo el inevitable amparo, así como protección y complicidad del poder del Invicto Caudillo. La corrupción estatal fue el desencadenante del enriquecimiento milagroso. Esta es, sin duda, la sempiterna corrupción que sobrenadaba en un barrizal donde chapoteaban Rodolfo Martín Villa, Leopoldo Calvo Sotelo, León Herrera Esteban, Rafael Cabello de Alba, Federico Silva Muñoz, Cruz Martínez Esteruelas, etc. etc, por solo nombrar unos pocos. Todo lo antedicho no hace más que confirmar la cronicidad de un fenómeno que no tiene cura,  que es la “corrupción administrativa”.

Ésta tiene los brazos muy largos, y lo vemos en esa negativa mostrenca que el Consistorio capitalino -oposición incluida- hace de un proyecto años ha en poder del ministerio de Cultura para que los barrios históricos Vegueta-Triana sean declarados patrimonio histórico cultural por la Unesco.

Pero no, aquí se ha apostado por la especulación, ignorando la conservación del valioso patrimonio, ése que le da solera y prestigio a la Capital Las Palmas de Gran Canaria. Por tanto, es un clamor el sentimiento que despierta la solicitud, evitando que se vaya destruyendo edificios emblemáticos llenos de historia. Pero la realidad es que esto no les quita el sueño, y edificios señoriales, históricos, no están dentro de sus preocupaciones. Se encuentran realmente en otra cosa: en la especulación.

Y lo último: la Guardia Civil ha registrado el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria investigando una “trama organizada” en el Servicio de Urbanismo. La noticia la hemos visto en CanariasAhora o el Diario.es, donde da cuenta que hay cinco investigados por la posible existencia de una trama dedicada a favorecer ilícitamente decisiones urbanísticas y administrativas. El cuerpo de la Benemérita, en el marco de la operación Valka, por orden judicial ha ejecutado varias entradas y registros domiciliarios, por ejemplo, en la sede de la Sociedad Municipal de Gestión Urbanística de Las Palmas de GC (GEURSA), y en la Concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Las Palmas de GC, por diversos delitos relacionados con la corrupción pública y el Urbanismo. Los registros están siendo ejecutados por un operativo conjunto de la Guardia Civil, integrado por miembros del Seprona, UCOMA, Grupo de Delitos Tecnológicos y EDITE de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, Comandancia de Las Palmas, bajo la dirección del Magistrado Instructor del Juzgado de Instrucción, n.º 2 de Las Palmas de Gran Canaria.

Cinco investigados por corrupción urbanística y la empresa municipal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria CANARIAS AHORA

La investigación se centra en la posible existencia de esa “trama organizada” corrupta, dedicada a favorecer ilícitamente, con decisiones urbanísticas y administrativas contrarias al interés general, bajo la esfera de influencia de los cargos y excargos públicos pertenecientes a GEURSA,S.A. y proyectos de implantación de grandes obras, como por ejemplo, la Metroguagua. Según informa la Fiscalía, la investigación se encuentra bajo secreto de sumario y continúa abierta, por lo que se descartan nuevas y futuras detenciones. Corrupción y desarrollo económico parecen, sin duda, rasgos de un mismo proceso en el que nadan las grandes fortunas, consolidando el capitalismo español.

Una cosa es triste y evidente: que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria la han convertido en un lugar invivible, una ciudad inhóspita y enemiga de los ciudadanos. Sus regidores toman a éstos como vecinos de segunda clase, con poca o ninguna resiliencia, y sí como lugar de especulación, donde la necesaria y ansiada empatía brilla por su ausencia. Lugar en el que la Policía Local nunca amonesta profesionalmente al ciudadano en un despiste o desconocimiento de éste, sino que desde la primera, castiga y multa sin contemplaciones por un afán recaudatorio de lo más descarado. En definitiva, que la guardia urbana no está ahí al servicio del ciudadano, que es quien le paga el sueldo con sus impuestos; no, está para jorobarlo.

Erasmo Quintana