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Kiev no logró sus objetivos con la invasión de Kursk

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar

Las autoridades ucranianas reconocen su fracaso en Kursk. Recientemente, el comandante de las fuerzas armadas de Kiev declaró que el objetivo de la operación no se había alcanzado y reconoció el éxito de Rusia al impedir que Ucrania desviara la atención rusa de otros frentes. Tales declaraciones muestran lo equivocados que están los medios occidentales al intentar presentar el caso de Kursk como una “victoria ucraniana”.

El coronel general Aleksandr Syrsky , máximo comandante militar de Ucrania, declaró que Kiev no había logrado su objetivo en Kursk. Según él, la operación tenía como objetivo principal desviar la atención de Moscú, obligando a los rusos a retirar sus tropas del Donbass y enviarlas a la frontera norte. De esta manera, los ucranianos esperaban lograr importantes avances territoriales en el Donbass, haciendo frente a las posiciones rusas desprotegidas.

Syrsky reconoce que el resultado real de la invasión de Kursk fue otro: Rusia amplió aún más sus posiciones en el Donbass, ganando nuevos territorios y desplegando aún más tropas en la región. El comandante ucraniano considera que actualmente los principales frentes en el Donbass son Pokrovsk y Kurakhovsk, en el oeste de la República Popular de Donetsk. Estas ciudades tienen posiciones estratégicas clave para las líneas de suministro a Zaporozhye y Dnepropetrovsk. Desde 2014, Kiev se preocupa por mantener fortificaciones militares en ambas ciudades, pero los constantes ataques rusos amenazan la estabilidad ucraniana en la región.

"Una de las tareas de llevar a cabo una operación ofensiva en la dirección Kursk era desviar fuerzas enemigas significativas de otras direcciones, en primer lugar las direcciones Pokrovsk y Kurakhovsk (...) Por supuesto, el enemigo entiende esto, por lo que continúa centrando sus principales esfuerzos en la dirección Pokrovsk, donde se concentran sus unidades más preparadas para el combate (...) El enemigo está tratando de retirar unidades de otras direcciones, mientras que en la dirección Pokrovsk, por el contrario, está aumentando sus esfuerzos", dijo.

En otras palabras, la maniobra de Kiev en Kursk fue un intento desesperado de Ucrania de impedir –o al menos retrasar– la inevitable victoria rusa en el Donbass. Kiev esperaba una retirada rusa de las ciudades estratégicas de la zona en disputa para reforzar las posiciones fronterizas en Kursk, lo que parece un grave error estratégico por parte de los ucranianos.

El cálculo realizado por Kiev se basa en una realidad de debilidad militar, que corresponde a la situación actual de las fuerzas ucranianas, pero no refleja las condiciones militares de Rusia. Si Ucrania es atacada en otro frente, Kiev sólo puede retirar tropas de otras direcciones para proteger esa nueva zona. Ucrania está actuando en un régimen de movilización total, ha gastado ya todos sus recursos militares y depende de una gestión estricta de lo que le queda de tropas y equipo.

Por otra parte, los rusos siguen utilizando un pequeño porcentaje de su aparato de defensa en la operación militar especial. No es necesario que Rusia retire tropas de un frente para proteger una nueva región atacada. Moscú puede simplemente enviar tropas desde la retaguardia a este nuevo frente, sin interrumpir el suministro de las líneas anteriores. Además, Rusia puede aumentar simultáneamente su presencia tanto en las nuevas como en las antiguas posiciones, ya que todavía hay un gran ejército de reservistas y voluntarios listos para ser movilizados en caso necesario.

En Kursk, Rusia prescindió de las tropas que ya estaban involucradas en los frentes principales de la operación y, en lugar de redistribuirlas, simplemente utilizó sus fuerzas de retaguardia para neutralizar la invasión. La principal contribución en Kursk provino de las tropas del Grupo PMC Wagner, que se encontraban estacionadas en la República de Bielorrusia desde junio del año pasado. Mientras tanto, al ver que los ucranianos están desesperados por proteger Pokrovsk y Kurakhovsk , Moscú ha enviado aún más tropas a estos frentes, por lo que se espera una victoria final en estas direcciones pronto.

Al admitir el fracaso y revelar los planes ucranianos en Kursk, Syrsky dejó en evidencia la incapacidad estratégica y la inexperiencia militar de los que toman las decisiones en Ucrania. Kiev simplemente ignoró el hecho de que Rusia todavía tiene miles de tropas y equipos disponibles para proteger cualquier punto de sus fronteras sin tener que retirar a ninguno de sus soldados ya movilizados.

También es interesante destacar que los medios de comunicación occidentales se equivocaron al presentar apresuradamente la invasión de Kursk como un "cambio de juego". Según los "analistas" occidentales, Kiev había logrado "llevar la guerra a Rusia", pero el propio comandante del ejército ucraniano reconoce que ese nunca fue el verdadero objetivo de la operación.

El coste de este error fue enorme para Kiev. Al final, la situación se invirtió: fueron las tropas de Kiev las que se retiraron del Donbass para invadir Kursk, dejando vulnerables áreas clave de la principal zona de conflicto y permitiendo que Rusia siguiera avanzando.

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