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jueves, 19 de septiembre de 2024 10:11h.

El Síndrome de la Torre de Marfil - por Jacinto Ortega del Rosario

 

FR JOR

Recientes de Jacinto en La casa de mi tía

 

El Síndrome de la Torre de Marfil

Jacinto Ortega del Rosario

exconcejal de Cohesión Social, Igualdad y Juventud del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria *

En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, la política enfrenta el reto de mantenerse en sintonía con las necesidades y aspiraciones de la sociedad. 

Sin embargo, los acontecimientos recientes han puesto de manifiesto una desconexión preocupante entre los dirigentes políticos y la realidad social que pretenden gobernar. Este fenómeno no es exclusivo de un país o región, sino que es un problema sistémico que amenaza la estabilidad y la legitimidad de los gobiernos en todo el mundo.

Muchos políticos parecen vivir en una "torre de marfil", aislados de las dificultades cotidianas de sus ciudadanos. Este aislamiento se traduce en decisiones que a menudo parecen desconectadas de la realidad. Las políticas públicas se implementan sin una comprensión profunda de su impacto en la vida diaria de la gente. Esta desconexión no solo erosiona la confianza en las instituciones, sino que también amplifica el sentimiento de frustración y desilusión entre los ciudadanos.

TORRE DE MARFIL

Tomar el pulso a la sociedad implica mucho más que encuestas superficiales o estudios de opinión esporádicos. Requiere un esfuerzo constante por entender las tendencias sociales, económicas y culturales que moldean el pensamiento y comportamiento de la población. Los barómetros sociales, si se utilizan adecuadamente, pueden proporcionar una visión clara y precisa de las preocupaciones y expectativas de los ciudadanos. Sin embargo, su uso debe ir acompañado de un análisis riguroso y una voluntad genuina de adaptarse a las necesidades emergentes.

La falta de conexión con la sociedad también abre la puerta al populismo. Líderes carismáticos pueden explotar el descontento generalizado, ofreciendo soluciones simplistas a problemas complejos. Aunque estas soluciones pueden parecer atractivas en el corto plazo, a menudo carecen de sustancia y pueden llevar a resultados desastrosos a largo plazo. El populismo prospera en el vacío creado por la falta de sintonía entre los políticos tradicionales y la ciudadanía.

Para superar este desafío, es crucial que los políticos abandonen la comodidad de sus oficinas y se sumerjan en la realidad que viven sus ciudadanos. Esto implica no solo escuchar, sino también actuar en consecuencia. Las consultas públicas, las asambleas ciudadanas y los foros de discusión pueden ser herramientas valiosas para fomentar una democracia participativa y dinámica.

En última instancia, tomar el pulso a la sociedad no debe ser visto como una carga, sino como una oportunidad para construir políticas más inclusivas y efectivas. Solo a través de un compromiso genuino con las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía, los políticos podrán recuperar la confianza y legitimidad necesarias para gobernar en un mundo cada vez más globalizado.

 

JACINTO ORTEGA DEL ROSARIO * Gracias a JACINTO ORTEGA DEL ROSARIO
 * Gracias a JACINTO ORTEGA DEL ROSARIO
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