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domingo, 08 de septiembre de 2024 00:00h.

¿Desde cuándo es progresista justificar la guerra y el imperialismo, una burocracia corrupta en Bruselas o llamar reaccionario el voto a la clase obrera? (parte 1º) - por Carlos Martínez

 

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¿Desde cuándo es progresista justificar la guerra y el imperialismo, una burocracia corrupta en Bruselas o llamar reaccionario el voto a la clase obrera? (parte 1º)

Carlos Martínez

politólogo, secretario general del Partido Socialista (PSLF), expresidente de Attac España

 

Vamos a dejar a un lado de una vez la corrección política y forma burguesa de hacerla y sobre todo la política espectáculo imperante, en la que por medios, influencia y dinero las derechas, todas las derechas, tienen todas las de ganar.

Estamos presenciando un espectáculo perverso fomentado por el globalismo y sus fundaciones de las nuevas formas de concebir la izquierda que nos vienen de los EEUU y el mundo anglosajón. Considerar lo liberal como izquierda, hurtar las políticas de transformación social e igualdad dando a cambio gato por liebre es decir reconocer derechos de las minorías exclusivamente (lo cual no quiere decir que no haya que defenderlos, ni mucho menos) pero negar con los hechos las conquistas, reivindicaciones y aspiraciones de las mayorías es la forma de despistar a la clase trabajadora y las clases populares.

Nunca hemos tenido un mundo occidental tan desigual desde la última mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. Todas las conquistas obreras obtenidas con sangre se están perdiendo, comenzando por la jornada de ocho horas que es algo ya desaparecido en el mundo labora privado y de los servicios. La negociación colectiva es casi inexistente, e incluso en la administración pública y sector público hay un precariado cada vez mayor. Así que menos presumir en los medios y menos mítines huecos desde los escaños del Congreso. Todo es mentira. El problema para las y los propagandistas de la izquierda liberal y progre es que las clases trabajadoras lo saben y les dan la espalda.

La vivienda es un artículo de lujo y como mandan los bancos los gobiernos callan y tragan. Siguen los desahucios y si encima a una familia trabajadora le ocupan la casa ya se pueden despedir y eso es real y hay que ponerlo encima de la mesa de una vez y no hay que negar una realidad, no estamos hablando de ocupar casas de bancos y por cierto la clase trabajadora y obrera no se compran un piso para especular. Por tanto el derecho a la vivienda hay que resolverlo de una vez y construir cientos de miles de viviendas públicas ya y dejar de hacer el ridículo en las emisoras afines que las personas jóvenes encima no escuchan.

Pero lo que raya la miseria moral es decir y defender que la OTAN defiende nuestras libertades y que la democracia europea está en peligro por amenaza del oso ruso. Mientras que millones de ciudadanas y ciudadanos han perdido ya el derecho al descanso o a disfrutar de las plazas y parques porque un invasión turística, esta sí real, ha ocupado y privatizado nuestras ciudades, nuestros barrios e incluso nuestros pueblos porque los poderes gubernamentales, ya sea el gobierno, las autonomías o Los ayuntamientos apoyan al capitalismo rentista y especulativo y quieren apostar por el dinero fácil del turismo en lugar de crear economía productiva.

El imperialismo utiliza el woke (Tal y como lo conocemos hoy) para entretener y engañar a las izquierdas occidentales y las izquierdas occidentales han comprado el discurso liberal y afirman que la soberanía es de extrema derecha, luchar por la paz es ser pro-ruso o pro-chino. El imperialismo autoriza a defender la causa palestina mientras no se corte el flujo comercial y de armas con Israel o se defiendan dos estados es decir uno, el ente sionista grande, poderos, agresivo y fascista y el otro palestino, una entelequia partida en dos y llena de colonias hebreas, controlados ambos trozos por la Whermacht sionista.

Es por eso que verdes, socioliberales, populistas de izquierda y demás compañeros, los mártires gobiernan hoy para selectas minorías y no por la paz, ni por la mayoría. Por eso la mayoría busca ya otras soluciones políticas y las derechas, los poderes financieros y su coco la extrema derecha fomentan y crean nuevos nichos para el voto obrero.

Veamos un caso práctico de lo que significa tratar de construir junto a la izquierda woke y liberal un frente unitario al objeto de conseguir cambios que los woke, sean de la tendencia que sean incluidos los izquierdistas de salón, no están dispuestos luego a garantizar, dada su implicación con el globalismo. Vamos a hablar del NFP y Jean Luc Melaechon.

Melanchon ha pasado de ser el verdadero artífice de una operación para frenar al trumpismo y el neofascismo francés a ser el enemigo público número uno de las derechas neoliberales, liberales y tradicionales.

Con la operación del Nuevo Frente Popular el veterano socialista francés con orígenes españoles, logró unir todo el voto progresista y de sectores juveniles radicalizados de los barrios obreros del extrarradio de las grandes ciudades. Pero en la suma había ya personajes como Glucksman que sin duda llevaban ya la semilla de la traición en su mente o el débil partido socioliberal francés con un Franciose Hollande como comisario político del sistema de la V República en su interior.

Macron ha sabido jugar sus cartas como buen lacayo de la gran banca sionista que es y como taimado neoliberal, agente principal del globalismo en Europa y que debe asegurar por encima de todo, primero la aplicación de las políticas de recorte, ajuste y neoliberales puras de la Unión Europea en Francia. Segundo como belicista consumado asegurando el apoyo a la corrupta y extremista Ucrania al objeto de ser un eficaz peón de los EEUU de cara a preparar la tercera guerra mundial. Tercero como protector del ente sionista de Israel y representante del sionismo en Francia. Melechon a pesar de todo, ponía en cuestión para el macronismo tanto francés como europeo, todo lo anterior.

Ahora los liberales, verdes y socio-nada se preparan para pactar con la derecha tradicional y el macronismo las políticas que sirvan a la OTAN y la Unión Europea que vergonzosamente ha vuelto a poner al frente del Consejo Europeo a la ultraderechista y sionista Úrsula Von Der Leyen. Melanchon es pues un socio incómodo y por tanto ya prescindible.

Todo esto nos lleva a una conclusión: La unidad por la unidad de las “izquierdas” ya no tiene sentido si no hay un programa político de ruptura con el neoliberalismo, con la OTAN, por la paz y enfrentado al sionismo. Sin disimulos. Hoy las líneas rojas son claras en lo social pasando por la defensa de lo público y por medidas de emergencia salariales y de pensiones. No a la OTAN sin paliativos. Paz. Palestina como estado libre de colonos y de ocupantes, es decir por la República Palestina. La diferencia izquierda-derecha/ultraderecha está en no ser sionista y querer la paz y el reparto frente a los poderosos, es decir lucha con y por las mayorías, las amplias y reales mayorías. Lo demás son tonterías o pasar a trabajar sin querer para el inglés. La anglosfera y los globalistas prostituyen la izquierda oficial con poder, luego la alternativa, ya no pasa por esos lares, 

CARLOS MARTÍNEZ PSLF * Gracias a Carlos Martínez
 * Gracias a Carlos Martínez
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