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domingo, 08 de septiembre de 2024 00:00h.

Antonio Morales ¿un político extraordinario? - por Pedro Pablo Medina

FR EC2

Antonio Morales ¿un político extraordinario?

Pedro Pablo Medina

presidente de la Plataforma Salvar Chira-Soria

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, en algunos aspectos es un político extraordinario. Sin ir más lejos, en su trayectoria política, como representante del Colectivo Roque Aguayro y concurriendo a las elecciones como agrupación de electores llegó a ser alcalde de Agüimes entre 1987 y 2015. También fue presidente durante años de la Mancomunidad del Sudeste de Gran Canaria. Y, bajo el paraguas de Nueva Canarias, ha logrado gobernar en coalición durante tres periodos consecutivos como mandatario de la institución insular.

Pero, no obstante sus logros políticos, el modelo de gobernanza que practica no es extraordinario. Pues, a pesar de que desde el Cabildo se hable de Gobierno abierto a través de los ejes de transparencia, participación y colaboración con la ciudadanía, en lo fundamental sigue las prácticas habituales de la generalidad de los responsables políticos en las distintas Administraciones de la Comunidad Autónoma.

El señor Morales desarrolla sus labores de gobierno sin aportar diagnósticos exhaustivos de la situación de la Administración al inicio de los mandatos, ni mecanismos de seguimiento del cumplimiento de los compromisos de gobierno adquiridos en el proceso electoral, ni rendimiento de cuentas contrastable de la labor hecha al final de cada ejercicio.

Y ello, aun teniendo el Cabildo un reglamento de participación ciudadana, una dirección general y un portal para su desarrollo, porque, de hecho, los procesos participativos están supeditados en su temática, alcance y frecuencia a la decisión de la institución: aún tienen un amplio trecho que cumplir para acercarse a una auténtica dinámica de participación democrática.

Y en cuanto a cómo gestiona la propia Administración insular, un reciente informe de la Intervención General del Cabildo sobre el ejercicio de 2023 deja a las claras que, como demasiados de sus pares con responsabilidades de gobierno, estando en su tercer mandato lo hace francamente mal: casi el 47% del total de las subvenciones se otorgaron por el procedimiento de concesión directa (“a dedo”); se sigue adoleciendo de recursos humanos en la mayoría de las Áreas y de falta de personal para gestionar los contratos públicos; sigue habiendo prestaciones que se realizan sin respaldo legal y con anomalías; hay servicios que, aun siendo su naturaleza previsible y recurrente, siguen sin licitarse; y a 31 de diciembre había 32.229.329,74 euros con el plazo vencido para su justificación. Un desastre normalizado.

Sin embargo, según el presidente Morales, no cabe duda de que gracias a su gobierno y a su liderazgo, “Gran Canaria avanza y existe un amplio reconocimiento social acerca de que esta isla tiene un libro de ruta trazado y que está liderando la respuesta a los grandes objetivos de este tiempo: la transición energética, la seguridad hídrica, los derechos sociales y la igualdad de oportunidades, la dinamización de nuevos sectores económicos, la soberanía alimentaria, el empleo, el turismo sostenible, la movilidad, la cultura y el deporte, la economía circular, la solidaridad, el patrimonio y los valores que nos identifican como pueblo.” Lo habitual en la comunicación pública: diagnósticos de gestión autocomplacientes, triunfalistas y llenos de tópicos, apoyados en datos descontextualizados y manipulados.

Tampoco se caracteriza, al igual que otros gobernantes en Canarias, por ser poco dado a aparecer en los medios de difusión y de influenciarlos. Más bien destaca por la prodigalidad en las partidas económicas que destina a ello. En su anterior gobierno aprobó el gasto de 4.358.079,8 euros para un servicio de apoyo al Gabinete de Prensa del Cabildo con el fin de hacer publicidad institucional, destinado, en gran medida, a crear una plataforma estratégica de comunicación del proyecto Ecoísla Gran Canaria y a la promoción de la Central Hidroeléctrica Chira-Soria.

Lo más extraordinario del señor Morales es que estas declaraciones y otras similares las hace, además de en el ámbito institucional, a título personal en las redes sociales y en las secciones de opinión de la prensa local. Porque el presidente donde más destaca es en su más que notable faceta mediática. Aunque no precisamente de manera positiva.

Porque hasta en sus escritos en el ágora pública virtual, que son estas secciones periodísticas, sigue ejerciendo de presidente y sigue instruyendo a la ciudadanía sobre lo bien que le va con su liderazgo, dejando claro que don Antonio Morales tiene un concepto elevado de sí mismo y que considera sus análisis políticos, económicos, culturales y técnicos de hondo calado e incontestables.

Con la alta frecuencia con que publica artículos, ejemplos hay hasta el infinito. Por ejemplo, sobre teoría política: “La estabilidad institucional [equivalente a la continuidad ininterrumpida de gobierno] es esencial para el desarrollo sostenible y el progreso socioeconómico de una región” ¿Diría lo mismo del gobierno casi ininterrumpido de Coalición Canaria al frente de la Administración autonómica?

Sobre el buen gobierno: “El liderazgo del Cabildo de Gran Canaria ha demostrado cómo una gestión consistente y comprometida puede transformar una isla” ¿Dónde están los indicadores de mejora absoluta que lo acrediten?

Sobre creación de empleo -a menudo residual y coyuntural- que se consigue gracias a la ejecución de las políticas: “La transición energética no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también tiene beneficios económicos.” Sobre todo a las multinacionales a las que se ha cedido su gestión en condiciones de ventaja, como en el caso del proyecto hidroeléctrico en las presas de Chira-Soria en que es la Administración insular la que acarrea con los costes de mantenimiento y reparación de las instalaciones originales.

Sobre el cumplimiento de la Agenda 2030: “Hoy esta isla [es] el territorio con más posibilidades de avanzar hacia la descarbonización que demanda la UE gracias a Salto de Chira y la eólica marina.” El Salto es una megaobra que, incluso si nada lo impide, tiene aún muchos años por delante para concluirse y con respecto a la eólica marina ¿la Unión Europea no acaba de advertir que tiene un fuerte impacto medioambiental y hay que revaluar su implantación?

Y es que para este preclaro dirigente todo cabe en su concepto de “Ecoísla”: el destrozo de espacios naturales y sus especies con megaintervenciones, la ocupación de suelo agrícola con grandes instalaciones fotovoltaicas y eólicas, el estropicio del paisaje con infinidad de torres eléctricas, la subordinación al modelo concentrado de las instalaciones de energías renovables extendidas sobre los tejados de las casas, las empresas y los espacios urbanizados...

Lo que más sorprendente en sus escritos de opinión es que no pierde ocasión de fustigar a las entidades y personas críticas, disidentes o contrarias a sus modos y maneras de gobernar. La última: “Con la urgencia climática que sufre el planeta y con nuestro compromiso con la transición energética global, la maraña administrativa, la falta de recursos humanos y cierto retardismo neonegacionista enquistado en algunos ámbitos son obstáculos que hay que eliminar.”

Tal cual, pretende eliminar a “cierto retardismo neonegacionista”, que es como él califica a cualquiera que cuestione su hoja de ruta. Desde luego, en esa faceta de su carácter, el actual presidente del Cabildo de Gran canaria sí que es extraordinario.

PEDRO PABLO MEDINA
PEDRO PABLO MEDINA

Pedro Pablo Medina

Presidente de la Plataforma Salvar Chira-Soria

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