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El poder blando de China

Vladislav Sotirovic *

Es de suma importancia comprender el concepto y la motivación del poder blando de China, la potencia de mercado emergente más potente en la actualidad y ya la primera nación exportadora, con la segunda economía más grande del mundo. 

En lo que respecta a China y su política exterior, el poder blando es uno de los conceptos políticos y sociales más utilizados durante las dos últimas décadas. Cabe señalar de inmediato que una de las principales razones de la fácil aceptación del poder blando por parte de China es que su uso blando tiene históricamente una sólida base cultural en la política exterior tradicional china (por ejemplo, en el caso de la península de Corea). La China tradicional tiene una rica cultura libre de militares, que contribuye en gran medida al uso del poder cultural por parte de China en sus relaciones exteriores. El resurgimiento del poder material y cultural hace que China encuentre fácilmente eco en el concepto de poder blando. De hecho, todos los chinos étnicos están orgullosos de su historia cultural. 

Dado que el poder blando está muy relacionado con la cultura, se puede decir que es natural que China enfatice la importancia y el uso del poder cultural y blando en relación con su ventaja cultural competitiva en la sociedad internacional. Además, para la mayoría de las élites políticas y económicas chinas, el factor de la civilización está desempeñando un papel clave en la configuración del futuro orden global de la política mundial. En otras palabras, a los ojos de la élite china, la forma en que las civilizaciones configuran el orden mundial no es a través de choques, como afirma Samuel P. Huntington (una teoría del choque de civilizaciones), sino a través del diálogo entre ellas. Esta creencia en la civilización también refuerza el énfasis chino en el poder blando. Otra razón para esto es que la sociedad china es fundamentalmente una sociedad basada en las relaciones. Esto significa, en la práctica, que el poder social se origina principalmente, pero no en su totalidad, de la densidad de redes relacionales. El poder social debe usarse para fortalecer, en lugar de alterar, el equilibrio de las relaciones sociales. Esta particular comprensión del poder es, además, coherente con la naturaleza del poder blando.

Algunos principios relacionados con el uso del poder blando por parte de China en política exterior podrían resumirse brevemente de la siguiente manera:

1. En el plano cultural, las personas de diferentes culturas y civilizaciones deben valorarse mutuamente mediante la comunicación. Por ello, las autoridades políticas chinas consideran que la diplomacia es un medio útil para reducir las tensiones entre las distintas civilizaciones.

2. En el plano económico, China prefiere utilizar medios persuasivos en lugar de coercitivos para resolver las disputas políticas. En la práctica, en muchos casos, China insiste en que las disputas no pueden resolverse de manera fácil y sencilla mediante sanciones económicas. 

3. En el plano social, la creación de poder blando debería contribuir a establecer sistemas de asistencia social mutua en el ámbito internacional. Por eso, China subraya la importancia de los vínculos sociales transnacionales en un mundo globalizado.

Cabe destacar que la mayoría de los ciudadanos chinos, como funcionarios y académicos, son plenamente conscientes de la gran brecha en términos de capacidad de poder blando que existe entre China y los Estados Unidos. Existe la opinión de que, cuando la larga cola en la ventanilla de solicitud de visas de la embajada de los Estados Unidos en Pekín comience a acortarse, esto puede significar que la brecha de poder blando entre China y los Estados Unidos se ha vuelto más equilibrada. En una encuesta sobre poder blando en los países del este de Asia en 2008, por ejemplo, el Chicago Council on Global Affairs mostró que los Estados Unidos tienen mucho más poder blando que China en el este de Asia. Más aún, el poder blando de China, en algunos índices, era incluso más débil que el de Corea del Sur y Japón. Sin embargo, desde la perspectiva opuesta, con la creciente ola de locura por China y la carrera de los empresarios hacia China, ¿es correcto pensar que China se enfrenta a una oportunidad sin precedentes para mejorar su poder blando en todo el mundo? 

Se dice con frecuencia que la imagen de China en África, comparada con la que tenía allí antes del programa de reformas iniciado en 1979, es bastante desigual. Por un lado, China aumentó considerablemente su ayuda oficial a varios estados africanos, pero por otro, su imagen está más o menos dañada por las actividades de algunas empresas chinas en las que priman las ganancias (lo mismo ocurre con muchas empresas occidentales).

Varios indicadores muestran que el poder blando de China está aumentando en Asia y el resto del mundo durante los últimos veinte años, en particular después de la crisis financiera mundial de 2008 que comenzó en los EE. UU. Desde entonces, el poder blando se ha convertido en una palabra clave en la política exterior china, ya que existe un gran potencial para el desarrollo de ese poder. Hay que señalar que en muchos países del mundo en desarrollo y de las economías de mercado emergentes, la fórmula china de gobierno autoritario y economía de mercado exitosa (China triplicó su PIB en 30 años) se ha vuelto más popular que la fórmula estadounidense, previamente dominante, de economía de mercado liberal con gobierno democrático. Sin embargo, desde un punto de vista general, incluso si el modelo de crecimiento autoritario produce poder blando para China en los países autoritarios, no produce atracción en los países democráticos. En otras palabras, lo que atrae a Venezuela, puede repeler a Francia. Sin embargo, muchas naciones occidentales están perdiendo su imagen y su poder blando en los países en desarrollo en su carrera con China y Rusia debido a sus políticas neoimperialistas reconocidas como tales por las ex colonias occidentales en África, América Latina y Asia. Por ejemplo, la tendencia general de la administración de George W. Bush (hijo) hacia el unilateralismo y, en particular, su enfoque de la “guerra contra el terrorismo” dañó el poder blando de los Estados Unidos y generó resentimiento, en particular en el mundo musulmán. Este unilateralismo estadounidense quedó dramáticamente demostrado por la invasión de Irak en 2003. De hecho, el entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan, declaró explícitamente que, como la invasión no había sido sancionada por el Consejo de Seguridad de la OUN y no seguía los principios de la Carta de la ONU, era una clara violación del derecho internacional (como la agresión de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia en 1999). La guerra de Irak de 2003 demostró cómo la OUN podía ser reducida al papel de espectador en un mundo dominado por los hegemónicos Estados Unidos. Sin embargo, esa acción indudablemente debilitó el poder blando de los Estados Unidos.

En lugar de poner el peso sólo en la economía y los recursos materiales, para la aplicación del poder blando, el futuro del poder blando de China dependerá de qué tipo de ideas pueda aportar China al mundo, especialmente en las actuales condiciones internacionales inciertas y la rivalidad global entre China y los EE.UU. y los EE.UU. y Rusia. El desafío más significativo para el poder estadounidense y la hegemonía global es el ascenso de los estados de mercado emergentes (como el BRIC), especialmente China. En general, las advertencias sobre el declive de la hegemonía global de los EE.UU. se remontan a después de la guerra de Vietnam y la revolución islámica iraní. El ascenso de China es, sin embargo, el fenómeno más significativo en las RI durante los últimos 40 años, lo que sugiere el surgimiento de un nuevo hegemón global, con China, lista para superar a los EE.UU. en términos económicos durante la década de 2020. Aunque el poder global de China está muy relacionado con su resurgimiento económico, su influencia también está creciendo en otros aspectos. China tiene, con mucho, el ejército más grande del mundo y es el segundo después de los EE.UU. en términos de gasto militar. La influencia china sobre África, en particular, se ha expandido considerablemente debido a la inversión financiera masiva, vinculada a la obtención de suministros de energía y materias primas. El poder estructural de China también está creciendo, como lo refleja la creciente influencia del G-20, su papel dentro de la OMC y el destino de las conferencias sobre cambio climático de Copenhague de 2009 y de Glasgow de 2021. El poder blando de China está vinculado a su asociación con el anticolonialismo y su capacidad para presentarse como representante del Sur global. Por otro lado, el poder blando de los Estados Unidos ha disminuido en varios aspectos. Su reputación se ha visto dañada por su asociación con el poder corporativo y la creciente desigualdad global, y el resentimiento que se está desarrollando contra la “globalización como americanización”. La invasión militar de Irak y el terrible trato a los prisioneros en Abu Ghraib y el campo de detención de Guantánamo también han causado un daño grave a la autoridad moral de los Estados Unidos.

Dr. Vladislav B. Sotirovic

Ex profesor universitario

Investigador asociado en el Centro de Estudios Geoestratégicos

Belgrado, Serbia

www.geostrategy.rs

[email protected] © Vladislav B. Sotirovic 2024

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