Federico Aguilera Klink y Chema Tante señalan esta información y dicen "Todo muy normal, pero cuando Hitler y sus hordas nazis europeas torturaban y masacraban a multitudes judias y también gitanas, de disidentes y resistentes, de republicanos españoles... no se sabe nada de que estos millonarios judíos USA, ni británicos, ni franceses, hicieran nada para oponerse, más bien siguieron todo el tiempo que pudieron con sus negocios en Alemania..."

Luisa Lores, radióloga, miembro de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Publica, tercia, desde NUEVA TRIBUNA, en el debate levantado en ocasión de las infamantes donaciones de una fundación dotada por un sujeto conocido por sus abusos laborales y por sus maniobras de elusión fiscal. Pero no es a esa condición repugnante del empresario a donde apuntan las argumentaciones de Luisa Lores. Van más allá. Van hacia las sospechosas intenciones de ese desembarco pretendidamente "humanitario" de las fundaciones supuestamente solidarias. Van hacia los turbios manejos que se esconden detrás de esas "altruistas" donaciones.  Porque nos encontramos de nuevo con otra de las estrategias neoliberales de aprovechar los sistemas públicos para favorecer las cuentas de resultados de las empresas privadas. Muy interesante artículo que deberían leer todas esas almas cándidas que sostienen que el dinero debe siempre aceptarse, venga de dónde venga. El artículo lo recomienda Antonio Aguado y también es útil leer la entrevista que en el mismo medio le hizo Isabel Garcia. Y, por cierto, los razonamientos de Lores aportan mucha luz sobre el alto empeño, el alborozo que inspiran estas donaciones, por parte del gerente que las empresas privadas han insertado en la Consejería de Sanidad del genuflexo Clav ijo en Canarias, el tecnócrata Baltar.