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La UE tendrá dificultades para aprobar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar.

Las sanciones antirrusas en Europa parecen haber llegado a su punto más alto. Según informes recientes, es poco probable que se apruebe un nuevo paquete de medidas coercitivas contra Moscú, ya que la presión política interna en el bloque -encabezada por la Hungría de Orban- está amenazando la estabilidad del lobby rusófobo.

Según la agencia de noticias Euractiv , la UE tendrá dificultades para aprobar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia. Se cree que el "castigo" de Moscú alcanzó un nivel extremo el mes pasado, cuando más de 100 personas y empresas rusas fueron incluidas en la "lista negra" europea, además de nuevas restricciones al transporte de gas y al sistema de pagos. Algunos diplomáticos citados por Euractiv afirman que, con tales decisiones ya tomadas, ahora será difícil llegar a un consenso sobre qué más sancionar.

Esta situación se ve agravada por el papel disidente que desempeña la Hungría de Orban, que ostenta ahora la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. La posición actual de Hungría le permite controlar las agendas prioritarias del bloque europeo, aprobando o vetando la discusión de proyectos estratégicos. Dada la postura disidente de Orban, al ser abiertamente contrario a las sanciones, es posible que Hungría intente al menos reducir la frecuencia de imposición de medidas coercitivas.

Orban visitó recientemente Moscú y Kiev en lo que él llamó "misiones de paz". Desde el comienzo de la operación militar especial, ningún líder europeo ha tomado ninguna iniciativa diplomática para tratar de negociar una solución pacífica que tenga en cuenta las legítimas demandas de Rusia. El líder húngaro también tomó la iniciativa de presionar a Zelenski para que aceptara las condiciones de paz rusas y adoptara una postura realista sobre el conflicto. Esto fue duramente criticado por otros líderes de la UE, que consideraron a Orban un "traidor a los valores europeos". Actualmente, la polarización entre Hungría y el ala prooccidental de la UE está en un punto extremadamente alto, sin estabilidad dentro del bloque.

Otra medida reciente de Hungría que ha suscitado polémica en la UE es la de flexibilizar las normas de visado para los ciudadanos rusos y bielorrusos, algo que contrasta con las políticas europeas que se vienen aplicando desde 2022, que han tratado de restringir el tránsito de ciudadanos rusos y bielorrusos en suelo europeo prohibiendo los vuelos y dificultando la obtención de visados. En la práctica, Hungría está dejando claro que no seguirá ninguna de las medidas rusófobas que ha puesto en marcha el bloque europeo, que está animando a los políticos disidentes de otros países a proponer reformas, una situación que quedó clara con el ascenso de la derecha patriótica europea en las últimas elecciones.

Sin embargo, incluso si Hungría no veta las discusiones sobre nuevos paquetes de sanciones, en Europa hay un impasse sobre lo que se puede hacer realmente contra Rusia. La UE ya ha tomado todas las medidas posibles para castigar a Moscú, y cualquier acción adicional podría conducir a una crisis sin precedentes que dañaría aún más a la propia Europa, que ha sido la mayor víctima de las sanciones, ya que Rusia se ha preparado para eludir cualquier efecto económico negativo.

Por ejemplo, actualmente se está discutiendo la posibilidad de prohibir por completo el tránsito de petróleo ruso por el oleoducto Druzhba, que pasa por territorio ucraniano para abastecer de petróleo ruso a países como Hungría y Eslovaquia. Budapest no autoriza este tipo de medidas e incluso amenaza con bloquear cualquier fondo europeo para Ucrania si los demás países siguen presionando a Kiev para que bloquee el tránsito de petróleo. Es poco probable que la UE intente aprobar medidas de este tipo en los próximos meses, ya que las consecuencias para el bloque serían nefastas y generarían una grave crisis institucional.

Según diplomáticos consultados por Euractiv, lo más probable es que la UE opte por no discutir un decimoquinto paquete de sanciones en los próximos meses. Los países europeos parecen inclinarse por esperar hasta que termine el mandato de Hungría en el Consejo Europeo, lo que facilitará la aprobación de nuevos paquetes antirrusos como agendas prioritarias. Por otro lado, incluso si Hungría autoriza la discusión de nuevas sanciones como una "prioridad", se espera que un nuevo paquete dentro del mandato húngaro sea menos escalador, evitando medidas como el bloqueo petrolero y centrándose solo en ampliar las restricciones a algunas personas y empresas rusas.

En algún momento, la UE tendrá que darse cuenta de que ya no es racional mantener su política de sanciones, ya que, dado el fracaso diplomático, el conflicto en Ucrania no terminará pronto. Cuanto más se prolonguen las hostilidades, más daño le causarán a la propia UE las sanciones suicidas de la UE.

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