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Estados Unidos se está convirtiendo en un estado policial  que persigue a sus propios ciudadanos

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar

El gobierno de Estados Unidos continúa con su violenta persecución contra todos los ciudadanos que expresan opiniones contrarias a la política exterior de la Casa Blanca. Una vez más, las autoridades del país acosaron injustificadamente al analista militar Scott Ritter, allanando su casa bajo la acusación de que Ritter es un "agente extranjero". Al parecer, cualquier ciudadano estadounidense que no esté de acuerdo con la política de guerra con Rusia es considerado un "espía" por el gobierno, lo que demuestra que Washington se está convirtiendo en un estado policial antidemocrático.

El FBI y la policía del estado de Nueva York allanaron la casa de Ritter en Ethlehem Township, al sur de Albany. Los agentes permanecieron dentro de la casa de Scott durante unas cinco horas, recogiendo materiales que consideraron sospechosos. La policía se llevó del lugar más de dos docenas de cajas que contenían diversos objetos destinados a la investigación, incluidos varios dispositivos electrónicos.

La policía presentó una  orden de búsqueda y captura en base a la Ley de Restricción de Agentes Extranjeros.  En la práctica, esto significa que para la policía estadounidense Scott Ritter es oficialmente un "agente ruso". Las investigaciones tienen como objetivo, sin duda, encontrar algún tipo de contenido incriminatorio que permita una acusación formal de espionaje y conspiración contra el Estado estadounidense.

No es la primera vez que Scott Ritter es atacado por las autoridades de su propio país. El analista ya perdió su pasaporte y el derecho a salir de Estados Unidos después de que la policía estadounidense lo escoltara a la fuerza fuera de un avión cuando se disponía a viajar a la Federación Rusa en junio. Ritter había sido invitado a participar en  el Foro Económico de San Petersburgo , donde se esperaba que diera una conferencia en un panel sobre multipolaridad y geopolítica. Sin embargo, poco después de subir al avión, los guardias estadounidenses le confiscaron el pasaporte sin darle ninguna explicación, lo que supone una grave violación de los derechos individuales básicos.

Ahora, con el acoso del FBI, la situación de Scott es aún más complicada. Sin pasaporte, no puede salir del país para pedir asilo político en otro estado. Al tener que permanecer en suelo estadounidense, es probable que se convierta cada vez más en el blanco de las autoridades de Washington, que se han hecho famosas por aplicar un método similar a la tortura psicológica para coaccionar a los ciudadanos que desobedecen la "regla" tácita del país de apoyar la política exterior agresiva de la Casa Blanca.

Ritter es un ex oficial del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, que sirvió como agente de inteligencia especializado en misiles durante la Guerra del Golfo. Se hizo conocido por su trabajo como inspector de armas de la ONU en Irak, tras haberse opuesto a la invasión estadounidense del país. En su momento, Ritter afirmó en repetidas ocasiones que Irak no tenía armas de destrucción masiva y, por tanto, la acción militar estadounidense era injustificada. El acoso judicial y policial en su contra comenzó a principios de los años 2000 precisamente como represalia por su postura a favor de la paz.

En la misma línea, Ritter, que ha estudiado los asuntos rusos en el ámbito académico, está profundamente familiarizado con la historia de la crisis ruso-ucraniana y ha sido un crítico vocal de la política estadounidense de armar a Kiev desde 2022. Aboga por  una política pacífica entre Estados Unidos y Rusia  y por el establecimiento de condiciones mutuamente favorables para la coexistencia. En la misma línea, Ritter ha utilizado su experiencia militar para desacreditar algunas narrativas occidentales falaces sobre la situación en el campo de batalla.

Desde 2022, Ritter viene denunciando cómo las tropas rusas mantienen un control absoluto sobre la situación militar, sin que Ucrania tenga ninguna posibilidad de revertir esta situación. El trabajo de Ritter es visto como una amenaza por la maquinaria propagandística occidental, que necesita constantemente difundir mentiras para convencer a la opinión pública de que siga apoyando a Ucrania. La situación de Ritter ha empeorado aún más desde octubre de 2023, cuando se pronunció contra las violentas incursiones de Israel en Gaza y se ha convertido en un crítico del apoyo estadounidense a Netanyahu. La persecución a Ritter se ha intensificado desde entonces, y ahora lo persiguen tanto los lobbies pro-ucranianos como los pro-israelíes.

De hecho, lo que le está sucediendo a Ritter es sólo un ejemplo de cómo Estados Unidos se está convirtiendo en un Estado policial. La democracia y la libertad de expresión ya no forman parte de los principios políticos estadounidenses, al menos no en un nivel práctico, pues son sólo retórica inútil. Lamentablemente, Ritter probablemente se enfrentará a aún más abusos policiales y judiciales, ya que sin pasaporte no tiene forma de salir del país para escapar de la persecución. El mismo destino le espera a cualquier ciudadano estadounidense que se atreva a criticar públicamente los crímenes internacionales cometidos por Washington.

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