6 de agosto de 1936: los golpistas contra la República asesinan a Eduardo Suárez y Fernando Egea

Javier Marrero

A las 6.00h de la madrugada del 6 de agosto de 1936, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se despertaba con el ruido de los disparos en La Isleta. 

Eduardo Suarez, diputado comunista, era fusilado en Gran Canaria, junto a su compañero de lucha, el socialista Fernando Egea, con quien había liderado la resistencia al golpe militar del 18 de julio contra la II República.

Eduardo Suárez Morales nació el 27 de enero del año 1906 en el barrio de La Isleta. Su padre fue maestro en La Puntilla, donde tenía una escuela en la que daba clases a los hijos de los obreros portuarios. Desde joven, se inclinó por el movimiento sindical, fue miembro del Sindicato de Trabajadores Mercantiles de la UGT. En 1935 se afilió al Partido Comunista de España.

En febrero de 1936, se presentó como candidato del Frente Popular al Congreso de los Diputados por la isla de Gran Canaria, resultando elegido con un total de 30.576 votos.

Fernando Egea era delegado gubernativo del Norte de Gran Canaria en el momento de la sublevación de 1936. De profesión farmacéutico, vivía en Agaete, donde regentaba su farmacia. Nació en Málaga y contaba con 28 años, su esposa, de 21 años, Herminia dos Santos Alemán natural de Guía estaba en estado en esas fechas.

Cuando los militares golpistas controlaron la zona a causa de la falta de armamento de los republicanos, los líderes de la resistencia, Eduardo Suárez Morales, Pedro Delgado Quesada (consejero del Cabildo de Gran Canaria), Fernando Egea (farmacéutico socialista y delegado gubernativo de la zona norte) y su esposa Herminia dos Santos, huyen por el Puerto de las Nieves de Agaete. Poco después el patrón del barco simula falta de combustible, y los deja en la costa de La Aldea. Se esconden en una cueva del barranco del Asno, donde son detenidos el 24 de julio por soldados del "Arcila".

Eduardo Suarez y Fernando Egea son hechos prisioneros y fusilados en el cuartel de La Isleta.

Meses antes habían sido fusilados los cinco de San Lorenzo en el mismo paredón del campo de tiro del cuartel militar de La Isleta. El alcalde comunista Juan Santana Vega y sus camaradas el secretario municipal, Antonio Ramírez Graña, el jefe de la policía local, Manuel Hernández Toledo, el sindicalista Matías López Morales y Francisco González Santana.

También recordar en este día a las cenetistas Carmen Goya Hernández y María Luisa Hernández Remo, a Blanca Ascanio Moreno maestra de Vallehermoso, que fueron torturadas, condenadas a pena de muerte y posteriormente indultadas.

Y a Emelina  (natural  de  San  Andrés)  que le  dieron  una  brutal  paliza  que  le  produjo  graves secuelas,  y  luego  murió  tuberculosa  en  el  psiquiátrico.  Y a La Pasionaria de Los Cristianos, miembro de la Federación local anarquista de Arona que fue desaparecida.

Y a otras muchas mujeres y hombres republicanos represaliados y que siguen desaparecidos.

Les mataron defendiendo la legalidad establecida, la legitima República.

Pero no han muerto, siguen presentes.

Verdad, Justicia y Reparación.

Javier Marrero