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jueves, 19 de septiembre de 2024 00:00h.

¿Es de izquierdas votar por Von Der Leyen para presidir el Consejo Europeo o contemplar tranquilamente como Israel ejecuta una limpieza étnica de libro? (2ª parte y conclusión) - por Carlos Martínez

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Primera parte:

¿Es de izquierdas votar por Von Der Leyen para presidir el Consejo Europeo o contemplar tranquilamente como Israel ejecuta una limpieza étnica de libro? (2ª parte y conclusión)

Carlos Martínez

secretario del Partido Socialista (PSLF) y politólogo

expresidente de Attac España

 

La confusión es total. Ser de izquierdas no es afirmarlo, es demostrarlo con los hechos. Además ¿Qué es ser de izquierdas? Acaso apoyar la guerra que la OTAN ha promovido en Ucrania contra su pueblo y con Rusia; reconocer el derecho a la defensa de Israel cuando no es defensa sino agresión criminal de unos colonos de origen europeo contra los semitas palestinos que habitan su tierra y defienden su derecho a la tierra y la libertad, en una guerra colonial contra un pueblo; aplicar políticas neoliberales, privatizar lo público y/o sostener arcaicas monarquías, me pregunto.

No, denuncio y enmiendo, el socialismo obrero defiende la paz y pide a la clase obrera actuar y estar en contra de guerras fratricidas entre hermanos y hermanas de clase para defender los intereses de las burguesías y las plutocracias capitalistas. 

No es ni siquiera progresista apoyar a las élites globalistas que nos conducen de cabeza a la guerra, la III Guerra Mundial para defender los intereses del capitalismo anglosajón, de las ideas anglosajonas de dominio mundial colonial que no solo postcolonial.

Por eso las clases populares y las clases trabajadoras ya no tienen quien las defienda, articule, organice o movilice en casi toda Europa. Si nadie lleva un mundo nuevo en sus corazones, parafraseando a Durruti, nos empuja a defender el que vivimos por razones geográficas, pero no a buscar la concordia, el entendimiento, el progreso social y la democracia.

Con sabia inteligencia las elites globalistas primero descalificaron el socialismo y lo criminalizaron, después corrompieron a sus aparatos y en tercer lugar por una parte les hurtaron sus ideales de igualdad y por otra destruyeron los partidos obreros generando una ola anti partidos que fueron sustituidos por indignadas e indignados sin organización, para sobre su base construir aparatos más férreos y cesaristas que los antiguos comités de dirección política de la clase trabajadora. Así nacen las “nuevas izquierdas” y en algunos países de Europa como por ejemplo el estado español, las direcciones políticas colegiadas de los socialistas, basadas en liderazgos sociales, compartidos y no permanentes son sustituidas por el secretario general/presidente con mando total y encima se instituye algo que en la tradición obrera y socialista jamás ha existido, eso de la señora del jefe (Caso Sánchez). 

La derecha campa a sus anchas, porque su enemigo ya no dispone ni de utopía necesaria, ni de programa mínimo imprescindible, es decir sentar bases de reparto y justicia para conquistar la sociedad futura. Ya todo es capitalismo y neocolonialismo, sin ser capaces de ver que el mundo cambia y que el Sur global se organiza plantando cara la OTAN/UE y por cierto con éxito y acierto. Surgen pues las culturas euroasiáticas que se basan en la paciencia, la constancia, la historia, la filosofía y la cultura propia. Todo frente a un Occidente, sin paciencia, sin inteligencia, sin capacidad de resistencia ni de sufrimiento, consumista, caprichoso, individualista y neoliberal. África despierta y América latina es un campo de batalla de ambas tendencias. Si. Pero el mundo cambia y el que nos venden los globalistas o los trumpistas no es verdad, no existe ya.

Con la cultura obrera asesinada o traicionada en el Occidente judeo-cristiano, es necesario andar un nuevo camino basado en la tradición de clase, el espíritu republicano, la fraternidad universal y el internacionalismo, porque globalismo e internacionalismo son imposibles de mezclar. Solo así recuperaremos la confianza de las clases explotadas aunque no sean conscientes de serlo y de saberse que la extrema derecha y el fascismo son igual de falsos e inútiles que el woke o la izquierda liberal para defender sus intereses y menos para construir un nuevo mundo.

Dicho esto sin paños calientes y sin doble juego, a modo de conclusión, porque si esto no cambia, para lo que nos queda de estar en el convento…

Vamos a dar respuestas, total. no tenemos nada que perder y mucho que ganar.   

  

CARLOS MARTÍNEZ PSLF * Gracias a Carlos Martínez
* Gracias a Carlos Martínez

 

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