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domingo, 08 de septiembre de 2024 00:00h.

El penúltimo escándalo alimentario: los pollos cargados de antibióticos - por Miguel Jara

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Federico Aguilera Klink señala este artículo y dice con ironía: "Pollo al antibiótico"

El penúltimo escándalo alimentario: los pollos cargados de antibióticos

Miguel Jara 

ESPACIO ORGÁNICO

El penúltimo escándalo alimentario es el de los pollos con antibióticos de la cadena Lidl. Resulta que más del 70% de la carne de pollo de dicha marca está contaminada con patógenos resistentes a los antibióticos, como E.coli y Campylobacter. Así lo afirma un análisis microbiológico realizado en 142 bandejas provenientes de Alemania, España, Italia, Polonia y Reino Unido.

Un laboratorio alemán independiente, avalado por el organismo germano de acreditación (DAkkS), analizó las bacterias más importantes asociadas a los alimentos en 142 productos de la marca Lidl, marca blanca, de 22 tiendas de los citados países.

Las alitas de pollo sin puntas, los jamoncitos de pollo, el cuarto trasero del animal pollo, y la pechuga de dicho ave, se compraron en Madrid, Valencia y Barcelona. Diecisiete de las 24 muestras españolas (el 71%) estaban contaminadas.

 

 

Y ¿dónde está el problema? Pues que el uso prolongado de antibióticos en animales que serán luego consumidos por la población puede provocar que algunas bacterias generen resistencia a los mismos y, por lo tanto, dejen de ser útiles.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cada dos por tres pone de manifiesto que esta es una grave amenaza para la salud pública en todo el mundo.

En Estados Unidos (EE.UU.) el 80% de los antibióticos los compra la industria alimentaria y en el país norteamericano dos millones de personas contraen cada año infecciones resistentes a los antibióticos. Y alrededor de 35.000 personas mueren cada año en Europa por infecciones con patógenos resistentes a los antibióticos.

En España ya se analizó el pollo

La situación no es mucho mejor en España. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio sobre la carne de pollo para detectar posibles problemas de higiene, la presencia de antibióticos y de bacterias resistentes a antibióticos. Sí, aquí ya se hizo hace años ese trabajo.

Y es que en España se consumen 13,78 kilos por persona al año. Por lo que se refiere a la presencia de bacterias psicrotróficas (que están en lugares fríos como las neveras), cuyo número es un indicador general de higiene, los resultados son aceptables en la mayoría de las muestras.

En cuanto a las bacterias patógenas (Salmonella, Campylobacter, Listeria, E.Coli), los resultados del análisis señalan que en las 42 muestras analizadas no se han detectado problemas graves. Eso sí, según la OCU, un 88% mostraban la presencia de la bacteria Campylobacter, la bacteria patógena más frecuentemente implicada en intoxicaciones alimentarias en Europa y que entraña riesgos de infección si no se cocina lo suficiente o se manipula mal la carne de pollo.

 Mejor ecológico

Afortunadamente, las bacterias mueren con facilidad a temperatura de cocinado, por lo que si se toman las debidas precauciones no habrá problema. Y para los que tengáis curiosidad de saber cómo estaba el asunto en el pollo ecológico, la OCU sólo analizó una pechuga de un pollo con denominación ecológica. Sus fueron mejores que los del pollo no “bio” pero al ser una muestra tan poco representativa, un sólo ejemplar, que no lo incluyeron en las conclusiones.

Los datos de los análisis de otras asociaciones de consumidores indican que al pollo ecológico le afectan las mismas bacterias que al convencional, son los mismos animales a ver, pero en menor cantidad pues en la cría en ecológico no se pueden usar antibióticos, más que en casos muy justificados. 

Y las condiciones de cría, en las que no se da la aglomeración que sí se produce en las granjas industriales del pollo convencional favorecen el mucho menor uso de medicamentos. Hay que decir también que el pollo como el que se puede adquirir en Espacio Orgánico es mejor porque se sacrifica más tarde pues el periodo de crecimiento es el doble del convencional, come pienso y pasto “bio”, se cría con luz natural, no en naves cerradas y tiene espacio para moverse, correr, etc.

Para prevenir posibles intoxicaciones, y esto vale tanto para quienes consumen pollo convencional como ecológico ¿que os aconsejamos?:

-Por supuesto, comprar pollo ecológico porque como hemos explicado, al no usarse con él los antibióticos, es muchísimo más difícil que presente ese problema.

-No lavar el pollo porque no sirve para eliminar las posibles bacterias que tenga y solo puede facilitar su reparto por la cocina.

-Lavar en profundidad los instrumentos utilizados para cortar y preparar la carne de pollo antes de volver a usarlos.

-Cocinar bien la carne. Nunca se debe dejar semi cruda y hay que asegurarse siempre que el centro está bien cocinado.

-Cuidar la higiene de las manos antes y después de manipular la carne cruda.

¡Que disfrutéis de un buen pollo asado… siempre “bio”!

* Gracias a Miguel Jara  y ESPACIO ORGÁNICO y a la colaboración de Federico Aguilera Klink

https://www.espacioorganico.com/ecoblog/post/penultimo-escandalo-alimentario-pollos-cargados-antibioticos.html

ESPACIO ORGÁNICO La casa de mi tía reproduce por el alto interés del contenido, según los principios de Uso Justo de la UE
 La casa de mi tía reproduce por el alto interés del contenido, según los principios de Uso Justo de la UE

 

https://www.migueljara.com/

 

mancheta mayo 24