Discurso #JustCollapse

Simplemente, el colapso

Berlín

Este discurso por un #JustCollapse se pronunció en una protesta contra la construcción de una autopista en Berlín, Alemania. Una alianza de residentes del vecindario, activistas climáticos y asistentes a discotecas se reunieron y “subieron el volumen” del bajo para una fiesta rave de protesta.

Discurso original en alemán de CollapseMax @Geradedenken1 [Twitter]:  https://team-kollaps.de/post/2023-11-10-gerechter-kollaps-redebeitrag/

Bienvenido al aquí y ahora. Estamos en 2023. O en el año de 424 PPM de CO2 atmosférico. La temperatura media mundial es ahora 1,2° más alta que el promedio preindustrial. La tendencia va en aumento.

La probabilidad de superar los 1,5° por primera vez en los próximos cinco años es actualmente superior al 50%. Desafortunadamente, la tendencia también va en aumento aquí. Los datos publicados en los últimos días indican incluso que el momento podría ser ya este año.

Quienes se preocupan por la catástrofe climática conocen las consecuencias de superar los 1,5°: el aumento del nivel del mar debido al derretimiento de los glaciares y los casquetes polares. Fenómenos climáticos extremos más fuertes debido al calentamiento de los océanos, sequías e inundaciones debido a cambios en los patrones climáticos. Cruzar puntos de inflexión que alimentan aún más la catástrofe climática.

Los últimos meses nos han vuelto a mostrar las consecuencias de forma clara y visible: incendios forestales, inundaciones, sequías y tormentas.

Lo que hace 20 años se percibía como una predica alarmista del fin del mundo es ahora un hecho inevitable desde el punto de vista de un número creciente de científicos del clima. ¡El colapso climático está aquí y ya no podrá detenerse!

Sin embargo, esta afirmación sigue siendo el elefante en la habitación. Ni la política ni los medios de comunicación ni los grupos de activistas climáticos abordan el tema. Las razones de esto son múltiples: los capitalistas “siguen así” disfrazados de capitalismo verde,

Las dinámicas de desplazamiento y las estrategias de evitación emocional –y el miedo a la resignación y la inacción en respuesta a la inevitabilidad del colapso climático– son sólo algunos ejemplos de muchos que hay aquí.

Los ejemplos anteriores llevan al hecho de que las personas que ya no creen en cómo afrontar la policrisis y, por tanto, en el colapso de la sociedad en su conjunto, no son recogidas. Por lo tanto, el desarrollo de estrategias de procesamiento conscientes del colapso y perspectivas de futuro se deja en manos de personas individuales y grupos autoorganizados.

Un ejemplo aquí sería el Climate Collapse Café (KKC): un pequeño grupo de personas que se ocupan del colapso climático y otras dinámicas del colapso. El KKC es una comunidad de activistas de diferentes áreas, psicólogos, científicos, artistas, trabajadores sociales, médicos, docentes y trabajadores.

Une la comprensión de que también superaremos los 1,5°C a largo plazo y de que ya estamos al comienzo de un increíble desastre ecológico y humanitario. También une el conocimiento de que no es una cuestión de “si”, sino de “cuándo”.

Sin embargo, darnos cuenta de ello no significa que debamos dimitir o arrojar la escopeta al grano. Más bien, significa que debemos estar aún más comprometidos con la protección del clima y la transformación social. Se trata de ganar tiempo y prevenir el mayor dolor y sufrimiento posible a nivel mundial.

La aceptación de la inevitabilidad del colapso climático nos devuelve nuestra capacidad de actuar y nos permite pensar desde el final.

Usando el ejemplo concreto: ¿Por qué deberíamos construir ahora una autopista que, cuando esté terminada, ya no es necesaria, porque una policrisis que empeora continuamente hará que conducir sea un bien de lujo?

O si no: ¿de qué consumo podríamos prescindir voluntariamente para frenar el colapso climático? ¿Especialmente si, tarde o temprano, tendremos que prescindir de ello? La pregunta ya no es a qué QUEREMOS renunciar, sino CUÁNDO TENEMOS que renunciar a ello y cómo nos preparamos para ello.

Me gustaría abordar brevemente la policrisis que acabo de mencionar. Cuando hablo de dinámica de colapso, no me refiero sólo a la catástrofe climática. Por cierto, también estamos en la mayor extinción de especies en 65 millones de años, el llamado colapso de la biodiversidad. La actual crisis del coronavirus también puede percibirse, con sus consecuencias tardías, como una dinámica de colapso, no sólo desde el punto de vista médico, sino también social.

Esta crisis múltiple o policrisis restringirá cada vez más la capacidad global de actuar en el futuro. Material, físico y psicológico. Ir más lejos sobre esto, pero lamentablemente iría más allá del alcance de este texto.

El punto es: tenemos que empezar a organizarnos AHORA y pensar juntos sobre cómo podemos hacer que este colapso sea socialmente justo.

No sólo en Alemania, sino a nivel mundial.

A esto se opone el hecho de que hasta ahora el tema del colapso ha sido ocupado ideológicamente casi exclusivamente por la derecha. Ya en 2012, el fascista Björn Höcke escribió sobre el potencial estratégico de las crisis inducidas por el colapso para el movimiento de derecha. Actualmente, los actores populistas de derecha también están utilizando narrativas de colapso reinterpretadas para ganar votos. Julian Reichelt o Huber Aiwanger son ejemplos de ello. Son los luchadores del “colapso injusto”.

La dinámica del colapso descrita ya tiene un impacto político notable en nosotros. Los crecientes valores del AfD en las encuestas y el panorama general del giro global hacia la derecha son UN ejemplo de esto. El deterioro global de las condiciones para las mujeres y las personas queer, las personas de color, los indígenas, los refugiados, los afectados por la pobreza y otros afectados por la discriminación y la opresión sistemáticas, es otro.

Ejemplos de esto: la lucha contra los derechos reproductivos de las mujeres por parte de políticos populistas/conservadores de derecha en Estados Unidos y Polonia o la opresión de la población indígena en Canadá, Argentina, Chile y Brasil para impulsar proyectos de oleoductos y minería.

El Estado tampoco es un actor neutral. Porque en lugar de defender activamente la protección del clima y la democracia en tiempos de crisis, la respuesta estatal a la crisis es más policía y vigilancia, controles fronterizos más estrictos y una política de austeridad (no)social y, al mismo tiempo, recortes de impuestos para las empresas y los ricos. se están implementando.

Ejemplo concreto: en Múnich, casi 30 activistas de la “última generación” se encontraban en prisión preventiva con motivo de las protestas previstas contra el Salón Internacional del Automóvil. Otros activistas del LG fueron condenados a penas de prisión desproporcionadamente elevadas por desobediencia civil pacífica.

Al mismo tiempo, varios actores políticos (políticos, líderes sindicales de la policía) califican las protestas pacíficas de “terrorismo climático” y piden autojusticia contra los activistas climáticos. Por un lado, contribuyen activamente a la violencia que oponen los activistas de la población y, por otro lado, ya están sentando una base argumentativa para poder tomar medidas aún más duras contra el activismo climático, que continuará radicalizarse en el futuro.

La ampliación de la “Europa fortaleza” con leyes de asilo más estrictas y devoluciones ilegales por parte de la milicia de protección fronteriza Frontex también debe considerarse teniendo en cuenta los puntos de vista antes mencionados.

Volvamos brevemente a la policrisis: grandes sectores de la población ya se ven afectados por la crisis en desarrollo. El aumento de los precios de los alimentos y la energía ya está llevando a los afectados por la pobreza al borde del nivel de subsistencia. Si pensamos en la dinámica del colapso, debemos asumir que los precios seguirán subiendo en el futuro y no volverán a caer.

Las condiciones marco que han cambiado enormemente, como la pérdida de tierras y cultivos agrícolas o la interrupción de las cadenas de suministro mundiales debido a fenómenos meteorológicos extremos, provocarán problemas de suministro y un colapso global de sistemas económicos enteros en el futuro.

Todos estos ejemplos nos muestran que el diseño del “colapso justo” debe ser un proceso interseccional. Esto significa que en el futuro tendremos que volver a pensar, planificar y luchar juntos.

El #JustCollapse. Simplemente, el colapso, es anticapitalista.

El #JustCollapse. Simplemente, el colapso. es feminista.

El #JustCollapse. Simplemente, el colapso, es anticolonialista.

El #JustCollapse. Simplemente, el colapso, es antifascista.

Incluso si los pensamientos de colapso a menudo parecen abrumadores y desalentadores: recuerde, no está solo en el camino hacia la aceptación del colapso. Ya existen grupos, como el Klima Kollaps Café, que se ocupan de los efectos psicológicos y emocionales del colapso.

También debemos empezar a formar comunidades solidarias y resilientes que se apoyen mutuamente compartiendo habilidades, conocimientos y recursos. Entonces: ¡Conéctate y forma pandillas!

Espero haber podido dejar claro hasta ahora que la aceptación del colapso no tiene por qué significar retrasar las medidas de protección climática o arrojar la toalla, sino que puede alentarnos a repensar nuestra sociedad y cómo abordar la escalada de la crisis.

Incluso si perdemos la lucha contra el 1,5°: ¡la lucha por un #JustCollapse apenas comienza!

 

* Gracias a JUST COLLAPSE y a la colaboración de Federico Aguilera Klink