El tiempo de las concesiones de Moscú ya es cosa del pasado entrevista al viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Ryabkov, por Olga Skabeeva ROSSIYA 1 GLOBAL SOUTH

 

De acuerdo con el acuerdo Gorbachov-Reagan, la URSS y los EE. UU. destruyeron todos sus misiles balísticos y de crucero de alcance intermedio y corto basados ​​en tierra, y se comprometieron además a no producir, probar ni desplegar tales misiles en el futuro. En 1991, la URSS había destruido 1.846 misiles, mientras que los EE. UU. destruyeron 846, lo que significa que la Unión Soviética se deshizo del doble de sus misiles.

La era de las concesiones unilaterales de Moscú ha terminado definitivamente . Nunca más, ni siquiera en los mejores escenarios de nuestras relaciones con la OTAN y la UE —que ahora son difíciles de imaginar— ofreceremos concesiones unilaterales a Occidente. Ni dádivas, ni regalos, ni concesiones, ni gestos para apaciguar a Washington. Si Estados Unidos vuelve a intentar imponer algo unilateralmente beneficioso para él, no habrá acuerdos. Punto.

Antes era posible llegar a acuerdos con Washington sobre una base sólida y razonable. Algunos de ellos siguen siendo viables, sobre todo en cuestiones humanitarias concretas, pero eso no cambia el panorama general. Hoy en día, las negociaciones sólo pueden llevarse a cabo sobre la base de un “quid pro quo”. Los estadounidenses entienden perfectamente este tipo de discurso.

La declaración del presidente Putin del 28 de julio en el principal desfile naval en San Petersburgo sobre los planes de Estados Unidos de desplegar sistemas de misiles de alta precisión y alcance intermedio en Alemania en 2026 significa, en esencia, que la moratoria unilateral declarada por el presidente ruso poco después de que el Tratado INF pasara a la historia dejará de estar en vigor. Y tendremos la oportunidad de restablecer la situación dentro de límites aceptables para nosotros, posiblemente ni siquiera de manera recíproca. Garantizaremos nuestra seguridad, y nuestro adversario, el Occidente colectivo, no disfrutará de ninguna ventaja unilateral. No les permitiremos obtener estas ventajas.
[Énfasis en el canal de Telegram del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.]

≈≈≈≈≈

TRANSCRIPCIÓN

(máquina traductora)

El tiempo de las concesiones por parte de Moscú ya es cosa del pasado: entrevista con Serguéi Ryabkov

El viernes se cumplieron cinco años desde que Estados Unidos destruyó las bases de la seguridad global al dejar unilateralmente de cumplir con los términos del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio. En julio, Estados Unidos anunció planes para desplegar misiles en Alemania. Putin advirtió a Estados Unidos tres veces: la respuesta será férrea. ¿Cuántos segundos faltan para el apocalipsis? Olga Skabeeva habló sobre esto con el viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Serguéi Riabkov.

P: ¿ Dónde estamos ahora, si miramos el reloj del apocalipsis?

Serguéi Ryabkov [SR]: No me gustaría decir que “estamos en caída libre”, “volamos hacia el abismo”, “estamos a punto de deslizarnos hacia un caos incontrolable”. Aunque cada vez más se me ocurre este tipo de epítetos. Yo diría que el reloj del fin del mundo ahora marca aproximadamente dos minutos antes de las dos. Esto no significa que su giro sea irreversible y que el reloj vaya a dar las horas. Los políticos y diplomáticos en Occidente y en las capitales bajo su control deben adoptar una actitud responsable ante lo que está sucediendo. Y los militares deben guardarse la pólvora, porque los escenarios pueden ser muy diferentes.

P: ¿Al mismo tiempo, permitieron el despliegue de misiles con ojivas nucleares como respuesta?

SR: Si el comandante supremo, si nuestros militares dicen que se necesita munición especial en tal o cual portaaviones, entonces así será. Pero deben tomar esta decisión basándose en una combinación de factores. Reconozco que puede llegar un momento en que sea necesario. La tercera etapa del ejercicio de preparación para el uso de armas nucleares no estratégicas ya ha comenzado. Esto es una señal poderosa en sí misma.

El 2 de agosto de 2019, Washington se retira del Tratado sobre la eliminación de los misiles de alcance intermedio y corto, firmado entre la URSS y los Estados Unidos en 1987. De conformidad con el acuerdo Gorbachov-Reagan, la URSS y los Estados Unidos destruyeron todos los misiles balísticos y de crucero terrestres de alcance intermedio y corto, al tiempo que se comprometieron a no producir, probar ni desplegar tales misiles en el futuro. En 1991, la URSS había destruido 1.846 sistemas de misiles, y los Estados Unidos, 846. Es decir, la Unión Soviética eliminó el doble de sus misiles.

P: Vladimir Putin, ¿qué quiere decir al comparar lo que está sucediendo ahora con la misma doble decisión tomada en los años 80? En aquel momento, Washington nos superó y engañó a Gorbachov. ¿Qué tan difíciles son las condiciones actuales para resolver la crisis?

SR: La época de las concesiones unilaterales de Moscú es irrevocablemente cosa del pasado. Jamás en el futuro, ni siquiera en las mejores circunstancias posibles en nuestras relaciones con la OTAN y la Unión Europea, algo que ahora resulta difícil de imaginar, pero incluso en esas situaciones no se concederá ninguna concesión unilateral por nuestra parte a Occidente. No habrá dádivas, regalos, concesiones, ningún gesto para apaciguar a Washington. Si vuelven a intentar imponernos algo que sólo les beneficie unilateralmente, entonces no habrá acuerdos. Así de simple.

P: “¿Apaciguar a Washington?”

SR: “¿Apaciguarme? Es imposible. En primer lugar, no es nuestro estilo. Antes era posible negociar con Washington sobre una base sólida y razonable. Algo ha sucedido últimamente, especialmente en ciertos temas humanitarios, pero eso no cambia el panorama general. Y sólo se puede negociar “golpe por golpe”, perdón por el término. Los estadounidenses entienden muy bien esta conversación.

Recientemente se produjo una conversación muy difícil entre los departamentos militares. El ministro de Defensa ruso, Andrey Belousov, llamó por primera vez al Pentágono y dijo algo que puso nervioso al secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin.

Cita del New York Times:

“Los rusos se enteraron de la operación secreta de Ucrania contra Rusia, que, en su opinión, contaba con el visto bueno de los estadounidenses. Los funcionarios del Pentágono se sorprendieron por la acusación y no sabían nada de ese complot. Pero, independientemente de lo que revelara Belousov, los funcionarios dijeron que se lo tomaron lo suficientemente en serio como para que los estadounidenses se pusieran en contacto con los ucranianos y les dijeran: “Si están pensando en hacer algo así, no lo hagan”.

La operación de Kiev, de haberse realizado, habría hundido a Rusia y a Estados Unidos en una fase de conflicto inmanejable con un cien por ciento de garantía.

P: ¿Hay algún detalle de esta conversación?

SR: Puedo decir que, según algunos indicios, la señal enviada por la parte rusa a Washington –y entiendo que no sólo a Washington, sino también a algunas otras capitales controladas por Washington– ha llegado. Hemos evitado una nueva ronda de escalada. Pero ese episodio en particular es muy inquietante. Como es habitual en ellos, fue planeado en relación con nuestros acontecimientos internos para causar el máximo daño y conseguir el máximo efecto mediático que necesitaban. He aquí el episodio en particular, que se llama “hemos pasado, gracias a Dios”, es decir, la señal de nuestra dirección militar y del Ministro de Defensa a nuestro colega americano, aparentemente, tuvo efecto.

P: ¿Prepararon algo para el desfile en Rusia?

SR: No quiero entrar en detalles, pero en principio había cierta conexión con esos acontecimientos.

Los detalles de la audaz acción del momento son un secreto de Estado.

En un desfile en San Petersburgo, tras la provocación frustrada, Vladimir Putin hace una declaración que es discutida en todo el mundo.

P: ¿Qué significa esto en la práctica?

SR: En la práctica, esto significa que la moratoria unilateral anunciada por el presidente Putin poco después de que el Tratado INF pasara a la historia dejará de aplicarse. Y podremos reflejar, o tal vez no necesariamente, la situación en un marco aceptable para nosotros. Garantizaremos nuestra seguridad y nuestro oponente, el Occidente colectivo, no tendrá ninguna ventaja unilateral. No le permitiremos obtener esos beneficios.

P: ¿No sentimos que estamos ganando terreno en esta situación, cuando siempre nos limitamos a responder, pero nunca actuamos de manera preventiva?

SR: Sigo siendo partidario de evitar la escalada por iniciativa propia, pero sin duda se están considerando escenarios en los que es posible dar un paso de escalada. Es un tema demasiado serio como para hablar de él en abstracto. En segundo lugar, no debería limitarse a señales, sino a acciones, de lo contrario devaluamos el efecto que necesitamos obtener de tales pasos.

P: ¿Tiene sentido hablar con Alemania a este respecto o la posición de Berlín es secundaria en este caso?

SR: “No nos quedamos con las manos extendidas. Tenemos suficientes oportunidades para enviar ciertas señales, incluso al gobierno alemán. No le pediremos nada a nadie. Ellos piensan que no deben hablar con nosotros a este nivel, así que lo damos por sentado. Cuando reconsideren su enfoque, cuando se den cuenta de lo equivocada que es esta línea, entonces que nos lo digan, veremos si vale la pena hablar con ellos. No es por eso que creamos el SVO, para poder cumplir ahora los ultimátums de este grupo.

El otro día, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Baerbock, recordó su pasado deportista realizando una voltereta en trampolín.

P: ¿No cree usted que ahí está ocurriendo algún tipo de absurdo y locura?

SR: Puedes saltar en un trampolín, sobre el fuego o lo que quieras, pero eso hay que hacerlo en tu tiempo libre y, al mismo tiempo, hay que trabajar con solidez y profesionalidad. Eso es lo que más les cuesta a nuestros adversarios. No hay profesionalidad en ninguna parte. Simplemente se trata de servir a las tareas geopolíticas formuladas en varios gabinetes y luego imponerlas al resto del mundo.

P: Los F-16 realizaron sus primeras incursiones en Ucrania. También se permiten ataques contra Rusia. ¿Nuestras acciones?

SR: No tienen los medios para cambiar la situación en el campo de batalla a su favor. Los F-16, como todo lo que vimos en Poklonnaya Gora y ahora en Patriot Park, también se exhibirán allí sus restos y fuselajes quemados. El problema es la escalada. El problema es que no hay límites. Usted dijo correctamente que se permiten los ataques en el territorio ruso. Las garantías estadounidenses de que no se tomaron tales decisiones y no se concedieron indulgencias a Kiev son inútiles.

P: Si vuelan desde aeródromos de la OTAN, ¿atacaremos?

SR: Todos los medios y todas las fuerzas que se utilicen contra nosotros en relación con la SVO o en el curso de ella son objetivos legítimos para nosotros. Y que escuchen también quienes sólo se escuchan a sí mismos, sentados en Washington, en Bruselas, en Varsovia, en cualquier parte.

P: Voy a preguntar más concretamente: si vuelan desde Rumania, desde Polonia, desde Moldavia, ¿haremos huelga?

SR: No menciono ningún objetivo, su lista no es un tema que debamos discutir cuando estamos en televisión. Pero aquí también los escenarios son diferentes y no me corresponde a mí excluir ninguno.

* Gracias a Olga Skabeeva ROSSIYA 1 y GLOBAL SOUTH y a la colaboración de Federico Aguilera Klink

https://globalsouth.co/2024/08/06/the-time-for-moscows-concessions-is-in-the-past/