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sábado, 28 de septiembre de 2024 00:40h.

“El desriscado”, un cuento de Ángel Guerra - por Nicolás Guerra Aguiar

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 edicionesremotas.com

 “El desriscado”, un cuento de Ángel Guerra -

Nicolás Guerra Aguiar

 

Fue a principios del siglo XX cuando se inicia en Canarias una literatura propiamente insular, sobre todo tras el gran desarrollo del Modernismo canario. Había sido la poesía, hasta ese momento, el género más destacado, muy por encima del teatro (casi inexistente) y la narrativa. 

VENTURA DORESTE
VENTURA DORESTE

Por lo que a esta se refiere, encontramos muy pocas publicaciones anteriores. Sin embargo, según apunta Ventura Doreste, crítico literario y profesor universitario, “Ha habido muy estimables autores de narraciones cortas y largas” en la segunda mitad del XIX. Pero no existe un hilo conector para agruparlos como conjunto o generación. Además, debemos añadir que tales escritores casi no eran leídos, entre  otras razones por las grandes dificultades para hallar sus obras.

JOSÉ BETANCORT CABRERA "ÁNGEL GUERRA"
JOSÉ BETANCORT CABRERA "ÁNGEL GUERRA"
ZEBENSUI RODRÍGUEZ
ZEBENSUI RODRÍGUEZ

Si acudimos a la cronología histórica desde nuestra perspectiva actual podemos confirmar la inicial aseveración a partir del escritor Ángel Guerra, cuya “literatura marca un contraste con la literatura precedente al establecer una avanzadilla hacia la contemporaneidad insular”, apunta el profesor Zebensuí Rodríguez. Hasta casi entrados los años cincuenta, la nómina de narradores podría ser la siguiente: Claudio de la Torre Millares, premio nacional de Literatura (En la vida del señor Alegre, 1924); Alonso Quesada (Smoking-room y Las inquietudes del hall); Leoncio Rodríguez (Cuentos canarios); Luis García de Vegueta (Islas Afortunadas);  Víctor Doreste (Faycán); Miguel Sarmiento (Al largo); Isaac de Vega, Leandro Perdomo, Carlos Pinto y Pedro Lezcano también son cultivadores del cuento. Dentro de los autores de la época vanguardista debo citar a Juan Manuel Trujillo (El estudiante, Cuentos de Cotro cazador) y a Agustín Espinosa (Lancelot 28º – 7º; Crimen, de 1934, primera novela surrealista española). Natalia Sosa Ayala (Stefanía, Cartas en el crepúsculo) y Matilde Bethencourt Espinosa (Porque se olvidó de sí, 1955) son la representación femenina. 

Y tal como adelanté, José Betancor Cabrera (“Ángel Guerra”), nacido en Teguise, actúa como guía y uno de los representantes más destacados. Diez narraciones de tema regional lo sitúan a la cabeza del grupo. Su obra fue antologada (La lapa y otros cuentos) para la publicación por la Biblioteca Básica Canaria con prólogo y selección del doctor Cabrera Perera.

ANTONIO CABRERA PERERA
ANTONIO CABRERA PERERA

   Pues bien. A principios del milenio inicié el primer ciclo del doctorado (ULPGC). Uno de los profesores ponentes (“Literatura regional canaria”) fue, precisamente, el doctor Cabrera Perera, quizás el más tempranero investigador sobre el grupo y José Betancor Cabrera. Este publica con el pseudónimo “Ángel Guerra” por su admiración a Benito Pérez Galdós, autor de una novela cuyo protagonista y título  son, precisamente, el mismo nombre e igual apellido.  

BENITO PÉREZ GALDÓS

  Finalizada la semanal sesión tocaba presentar un trabajo. Me correspondió  el cuento regionalista “El Desriscado”. Al paso de veintitantos años hasta hoy tres motivos me llevan a resumir en formato artículo el estudio arriba mencionado. Uno: este año el Día de las Letras Canarias estuvo dedicado al novelista conejero. Otro: el doctor Zebensuí Rodríguez Álvarez es autor de la introducción a Ángel Guerra, relatos canarios (2024): su riguroso trabajo debe ser portada, pues alcanza al iniciado por el doctor Cabrera Perera. Y tres, mi homenaje - agradecimiento a quien tanto me ilustró sobre el español hablado en Canarias, es decir, el escritor lanzaroteño.  

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  Así, por ejemplo, y sobre el tercer motivo, el mismo título del cuento: “El Desriscado” (‘el caído desde un risco o peña’ según el Diccionario básico de canarismos de la Academia Canaria de la Lengua, DBC). Sin embargo, para el DRAE  la forma verbal “desriscar’ se localiza solo en Canarias, Puerto Rico y la República Dominicana. Sucede lo mismo con “derriscar”: forma parte del habla canaria, cubana y del español dominicano (recogida también en el DBC). 

  En fin: la RAE propone “enriscar” (‘meterse entre riscos y peñascos’) frente a las variantes canarias nombradas (añado “erriscar y esriscar”). Por tanto, y según la zona del hablante canario o hispanoamericano, podemos enriscarnos, derriscarnos, esriscarnos, erriscarnos, desriscarnos… Ante tales ofertas lingüísticas surge la duda existencial: ¿miramos hacia la esencia patria española -”enriscarse”- o volamos con cualquiera de las variantes canarias? El cachimbazo o toletazo es el mismo.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

  (Por cierto: Juan Ramón Jiménez, premio nobel de literatura y multimaníaco de la precisión -”¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas!”- no puso ningún reparo a las variantes canarias usadas por Ángel Guerra. Muy al contrario: “Espíritus aislados luchan con valentía […] lanzando un reto a la crítica imbécil que en todo se ocupa menos en juzgar y educar. José Betancor -Ángel Guerra- nos envía de vez en cuando, desde su rincón de Canarias, una bocanada de brisas frescas cargadas de aromas sanos, de efluvios de su alma consagrada al estudio y al trabajo”.) 

 

Y como “El Desriscado” es un cuento regionalista, los personajes hablan como lo hacen en la realidad (los sabios sabelotodo le criticaron a Galdós que algunos  suyos de barrios proletarios se expresaban incorrectamente según las normas académicas). 

 El narrador –desde el punto de vista lingüístico- caracteriza con términos o expresiones propias del habla de Canarias. Así, “un viejo echaba yescas; la caldera (o ‘Depresión […] en forma de cráter, resultante de la actividad volcánica’, DBC.   Recordemos: Unamuno entrecomilla el término cuando describe el paisaje volcánico canario). “Fúnebres cardones y tabaibas; amarrado como un saco de millo; en menos que se reza un credo; beban, beban estas copas de ron de La Habana; con los ojos encuevados”... E incluso voces exclusivas de las islas occidentales y Fuerteventura: “Dirigióse a la venta; el ventero rectificó”... o solo de las primeras (“una caravana de magos”.

  Como tal texto regionalista no sitúa la acción en espacios imaginarios: vienen perfectamente definidos por la propia geografía, la flora y los topónimos. Así, valgan solo algunos ejemplos: “La cruz [de Tejeda] está en el borde del inmenso cráter, sobre el espinazo [...] que divide la isla de Norte a Sur; la caldera de lava calcinada, sin otra vegetación que los fúnebres cardones y las tabaibas; cerrando el fondo del paisaje, entre dos promontorios de lava”...

  Y los topónimos: “Al llegar a la Cruz de Tejeda; el viaje terminaría en [...] Valleseco; para bajar la cuesta de los Peñones; el fondo de la Caldera de Tejeda; sobre el espinazo de la Sierra; la mole de la Mesa de Tejeda; los monolitos del Bentaiga y los Roques; la silueta del Nublo; los riscos de La Aldea; que desde Tirajana; contemplando la Caldera; la meseta del Nublo; la base del Roque; andén de Tazarte; donde llaman el Salto del Negro [...] corrió hasta Tejeda; la degollada de Casilda; trepar por la Solana”...

LA SILUETA DEL NUBLO
LA SILUETA DEL NUBLO
VICTORIANO SANTANA SANJURJO CON ANTONIO CABRERA PERERA, 2016
VICTORIANO SANTANA SANJURJO CON ANTONIO CABRERA PERERA, 2016

  Se trata, en fin, de un destacado autor que a través de sus artículos periodísticos expone los planteamientos teóricos, las aspiraciones del grupo regionalista y la lograda intención de “crear una literatura a base de las tradiciones propias y de la historia local” según el doctor Cabrera. Pero va mucho más lejos, tal como reproduce textualmente el doctor Santana Sanjurjo de un texto angelguerrista: “Nuestras letras regionales […] teniendo alas con que volar, deben tender su vuelo a lo infinito que es de todos”.  Ya ve usted, estimado lector: regionalismo con valor universal y sin complejos. Sabia visión la de Ángel Guerra.

* Gracias a NICOLÁS GUERRA AGUIAR
* Gracias a NICOLÁS GUERRA AGUIAR
manchetad 24