¡Cómo que no eres racista si la Ley la haces para los negros!

Isidro Santana León

Antes de ayer por la tarde, escuche en Canarias Radio -nada sospechosa de no defender a nuestra gente sino de alienarla y españolizarla- que la comunidad venezolana con papeles en nuestras Islas es de ochenta mil personas, aunque reconoce que con la parte no registrada la cifra asciende a cien mil almas. Para ello, interviene en el programa una mujer venezolana -esta persona, sin querer retrata la realidad- y aclara que “llegó a Canarias de turista para más tarde quedarse aquí porque las ONG y administración la reconocerían -reconocieron- como refugiada política”. En este caso no hay causa política para pedir refugio en esta colonia, sino que nuestros políticos esbirros usan estas comunidades como feudo electoral para mantenerse sempiternamente en la mamadera, de mandarines sobornados, treta además para aforarse y no responder por sus fechorías de las que hay habitaciones llenas de papeles en los juzgados.

Si a esta comunidad le añadimos otras muchas de Latinoamérica, Italia, Inglaterra..., nos podemos hacer una idea de cómo, con un método globalizante, han planificado la extinción del pueblo canario, su cultura e identidad, potenciando los intereses de los foráneos en detrimento de los derechos de nuestro pueblo, quedando éste como colectivo segregado en su propia tierra.

El plan colonialista obedece a intereses de grandes corporaciones, con la implícita mancebía y entreguismo de los políticos que siempre nos han gobernado, logrando la confusión, la asimilación y la inmovilidad de nuestra gente, que se ha quedado en la mar y sin remos.

Parece que se ha llegado al punto y la traición más abyecta para que el canario no practique sus costumbres ni su forma de hablar -que imite toda usanza intrusa para que pierda la propia- mientras que a los advenedizos les sufragan la supervivencia, comodidades y hasta sus eventos culturales, endogamia que les hace encerrarse en guetos para no integrarse en nuestra cultura... es decir: el canario tiene que adaptarse al foráneo, pero el foráneo no se adapta a la cultura canaria. Es incuestionable el etnocidio que padecemos de forma diáfana, sin que haya una protección hacia lo nuestro y los nuestros por parte de los políticos lacayos que eliges. Políticos, muchos enraizados con la corrupción y el latrocinio y que, como la planificación etnocida es estructural, no existen jueces ni fiscales que imputen o metan presa a esta lacra porque todo es parte de los mismo: de un neocolonialismo sutil, aunque ya se ha pasado al descaro sin el más mínimo pudor.

En las movilizaciones del 20M han metido sus topos y los trepas que se han apuntado a la fiesta, para que todo quede en un desahogo del pueblo y después desmovilizarlo. Escucho la consigna “Canarias no se vende, se ama y se defiende”, pero muy pocos saben que Canarias está vendida a los fondos de inversión y otros lobbys, por lo que sería más objetiva la consigna “Canarias hay que requisarla”: arrancar lo rapiñado por la fuerza de la presión popular.

Al pueblo canario le han enfocado la mirada contra los negros (verdaderos refugiados políticos, que no llegan en avión ni de turista sino jugándose la vida huyendo del hambre y la guerra), mientras que a los colonos se les aplaude y se les lame el culo, a pesar de que son los que reemplazan a nuestra población originaria hacia la marginalidad. Es de vergüenza, una obscenidad de racista recalcitrante, que los políticos “canarios” y españoles quieran hacer una Ley de Extranjería para los negros africanos, pero no para los blanquitos que son la verdadera, cualitativa y cuantitativa invasión.

Los africanos negros que llegan a Canarias no tienen la finalidad de quedarse en las Islas -su destino es Europa, sus antiguas metrópolis-, sino que al negociar el blindaje de Ceuta y Melilla el gobierno de Espanya con Marruecos, a estos pobres no les queda otra opción que emprender la ruta más mortífera por el Atlantico; asunto que no es casual sino estratégico para que los negros no lleguen a esa Europa racista que se jacta de demócrata y quiere seguir dando lecciones de moralidad, y así queden hacinados en Canarias para no molestar a ese “primer mundo” colonialista y saqueador que se le roba sus recursos, mientras los mantienen en el analfabetismo y hambre mas, cuando no, les arman conflictos internos en sus países quedando como víctimas de las guerras o Golpes de Estado para colocar títeres, estratagema que le llaman “Revolución de Colores”. Pobre pueblo del continente y pobre o desgraciado pueblo canario, que no conoce el color de la soberanía y la libertad sino que se ha convertido en esclavo voluntario. Si, esclavo que colabora nescientemente con su carcelero y hasta adquiere el Síndrome de Estocolmo o amor a su verdugo, amen de el Síndrome del colonizado que viene arrastrando por más de quinientos años.

Isidro Santana León