La clase dirigente estadounidense, explicada - Chris Hedges

https://youtu.be/x2FtPuhTDyM?si=BTZApRhUpzZIcOQR

Nuestra clase política no gobierna, sino que entretiene. Desempeña el papel que le corresponde en nuestra democracia ficticia, aullando de indignación ante sus electores y vendiéndolos.

El grupo y el grupo progresista no tienen intención de luchar por la atención sanitaria universal. Los derechos de los trabajadores deben encontrar la máquina de guerra, al igual que el grupo pro libertad debe luchar por la libertad. Estos piratas políticos son versiones modernas del hábil estafador Elmer Gantry, interpretado por Sinclair Lewis, que traiciona cínicamente a un público crédulo para acumular poder y riqueza personales.

Esta vacuidad moral ofrece el espectáculo que H. G. Wells escribió sobre una gran civilización material detenida, paralizada. Ocurrió en la antigua Roma. Ocurrió en la Alemania de Weimar.

Está sucediendo aquí. La gobernanza existe, pero no se ve. Ciertamente no es democrática.

Lo hacen ejércitos de cabilderos y ejecutivos corporativos de la industria de los combustibles fósiles, la industria armamentística, la industria farmacéutica y Wall Street. La gobernanza se lleva a cabo en secreto. Las corporaciones se han apoderado de las palancas del poder.

Los oligarcas gobernantes, que se han vuelto obscenamente ricos, han deformado las instituciones nacionales, incluidas las legislaturas estatales y federales, en los tribunales, para satisfacer su insaciable codicia. Saben lo que hacen y comprenden la profundidad de su propia corrupción.

Saben que los odian y están preparados para ello. Han militarizado las fuerzas policiales y han construido un vasto archipiélago de prisiones para mantener en cautiverio a los desempleados y subempleados.

Mientras tanto, pagan poco o ningún impuesto a la renta y explotan a trabajadores en condiciones de explotación en el extranjero. Financian generosamente a los payasos políticos, que hablan en el lenguaje vulgar y crudo de un público enfurecido o en los tonos dulces que se utilizan para apaciguar a la clase liberal. Y cuando ven que uno de sus títeres políticos flaquea, como le pasó a Joe Biden, intervienen, cortan los fondos y organizan un golpe de Estado en el partido.

Los medios de comunicación desempeñan el papel que les corresponde en esta farsa: son cortesanos de los poderosos y amplifican sus relatos ficticios y mentiras. Son sólo unos pocos los que los denuncian.

* Gracias a Chris Hedges y a la colaboración de Federico Aguilera Klink

https://www.youtube.com/watch?v=x2FtPuhTDyM&t=3s