Las Palmas de Gran Canaria: ¿Acaso tiempos de pesares y ruinas para el Museo Néstor?  - por Nicolás Guerra Aguiar

 

Las Palmas de Gran Canaria: ¿Acaso tiempos de pesares y ruinas para el Museo Néstor? 

Nicolás Guerra Aguiar

 

El Museo Néstor, la Casa – Museo Tomás Morales, la correspondiente de Pérez Galdós, la hemeroteca del Museo Canario, las bibliotecas públicas... me permitieron salir del aula en momentos de la docencia acompañado de reducidos grupos de mis alumnos (instituto Pérez Galdós).

ESTUDIANTES EN EL MUSEO NÉSTOR. ERAN OTROS TIEMPOS

 Venía a ser, sencillamente, el imprescindible complemento para la llamada interdisciplinariedad, es decir, la relación de distintas materias para llegar a una formación más completa y racional del saber (“aprendizaje significativo” lo llaman hoy, parece). Acudíamos no solo como invitados sino, casi siempre, para que estudiantes del antiguo Curso de Orientación Universitaria y de Bachillerato recitaran o dramatizaran poemas, leyeran fragmentos en prosa o se detuvieran ante determinados cuadros. Así, acudíamos al Museo Néstor, por ejemplo, tras lecturas y comentarios de textos modernistas (Morales, Quesada...) para relacionarlos con símbolos poéticos en la pintura nestoriana e, incluso, con el inmediato Surrealismo literario, variedad vanguardista representada por Agustín Espinosa -catedrático del mismo instituto Pérez Galdós en la década de los años 30 del siglo pasado- y Crimen, su novela  superrealista o sobrerrealista (1934).

AGUSTÍN ESPINOSA

 La obra, considerada “naturalista e inmoral” (1937) por la represiva Comisión Depuradora C del Profesorado y la Asociación Católica de Padres de Familia de Las Palmas vino a ser, sencillamente, una muestra de la corriente dada a conocer en Santa Cruz de Tenerife (“Exposición Surrealista”, 1935) gracias a Óscar Domínguez (pintor), Domingo Pérez Minik (ensayista), Eduardo Westerdahl (escritor), el mismo Espinosa y la revista Gaceta de Arte con la presencia  de Andrè Breton, padre del Surrealismo. Para el profesor Pérez Corrales lo que más pareció impresionar “a los lectores de ‘Crimen’ en su época fue su intenso contenido sexual [...] ‘Crimen’ explora el lado oscuro de la sexualidad sin ninguna coerción”. (¿Mostraban algo parecido algunos cuadros de Néstor? Y si así fuera, ¿simple casualidad?) 

  Cuando iniciaba en el aula las explicaciones sobre cualquier movimiento literario, mi punto de partida inicial era siempre el mismo: debía aclarar que el Romanticismo, por ejemplo, no está formado exclusivamente por poetas, narradores, dramaturgos… Es mucho más, muchísimo más: se trata de una manifestación de tipo social (literaria, filosófica, existencial, política…) que obedece a diferentes razones. Entre ellas, como más destacadas, un nuevo pensamiento, una nueva concepción de la vida opuestos o distintos a la etapa cronológica anterior.

ROMANTICISMO

  En este caso el Romanticismo (generalizo) viene a ser un canto a la libertad (lucha de territorios por su independencia, por ejemplo), a la fantasía, al mundo interior. Exactamente lo contrario a la racionalización impuesta por los ilustrados, antecedentes intelectuales que también defienden la libertad y propugnan (entre otros aspectos) la visión científica de las cosas (observación experimental, análisis, precisión, objetividad…, al margen de fanatismos, dogmas, supersticiones). En definitiva, lo literario viene a ser otra manifestación artística (junto a la pintura, la música…) de esa nueva forma de entender la vida.

  Por la misma razón la arquitectura varía a veces de manera revolucionaria. ¿Se ha planteado usted, estimado lector, por qué las iglesias románicas - siglo XI al XIII- no destacan precisamente por la luminosidad interior y se conforman con la  elementalidad decorativa?  Sin embargo, las catedrales góticas -XII al XV- buscan la luz e, incluso, el cromatismo a través de inmensas cristaleras. ¿Por qué la sobriedad de la arquitectura románica -San Miguel de Lillo (año 850), Asturias- frente a la monumentalidad de la gótica catedral de Santa María de Burgos, 1221? 

SAN MIGUEL DE LILLO - SANTA MARÍA DE BURGOS

  

  E incluso puntos de vista contradictorios en lo literario a causa, precisamente, de lo político – social. Así, desde un concreto espacio geográfico (Gran Canaria / resto de España) y temporal (la España de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, dictadura del fascismo y absoluta militarización) podemos ratificar la afirmación anterior sobre los elementos externos que influyen en dos obras concretas. Una, el poema “¡Presente!” (1939): “[…] Las ametralladoras / cantan su canción / sin música. / Monotonía. / Plomo”. La otra, Antología cercada, LPGC, 1947. Valgan tres versos de Pedro Lezcano (poema “Edicto”): “Se prohíben los sueños a deshora, / para soñar / ya hay decretadas fechas”.  

  Así pues, estimado lector, ¿por qué la visita con alumnos al Museo Néstor (pintura) si a fin de cuentas la asignatura de COU / 2º de Bachillerato se llamaba Literatura Española del Siglo xx? ¿Qué relación podría haber entre la novela Crimen y algunos lienzos de Néstor? La respuesta, desde mi punto de vista, anda en torno al Surrealismo en la narración y algunas telas concretas. 

SALVADOR DALÍ

  Partamos de otro pintor, Salvador Dalí (1904-1989), para confirmar que el tema sexual estaba muy presente en el movimiento surrealista, a fin de cuentas se trata de eliminar planteamientos acaso muy puritanos  y conservadores sobre el sexo. La sociedad sería más libre si el tema tabú en las sociedades cristianas occidentales se mirara como algo absolutamente natural y  fundamental en el ser humano, defendían. De ahí “El gran masturbador” (1929), de Salvador Dalí. Para algunos críticos “Representa una figura fálica distorsionada, que ha sido interpretada como una representación de los propios deseos y miedos sexuales del artista”. (¿El mundo del subconsciente?). 

  ¿Y Agustín Espinosa? Solo dos citas de “Luna de miel”, en Crimen: “Me había dormido entre veinte senos, veinte bocas, veinte sexos, veinte muslos, veinte lenguas y veinte ojos de una misma mujer”. “Ahora puedo decirte que te odio, mi gran cornudo macilento. No tocarás ya jamás mis senos, acariciados hoy por manos de ángeles. Anda mi sexo ahora por las casas de prostitución […] visitadas por jóvenes marineros audaces, y mis pies corren tras labios vírgenes”.

  ¿Y Néstor? Centrémonos en “Adagio”, óleo sobre lienzo (1903). La mujer acaricia al cisne blanco de erecto cuello pues, “en el plano erótico, tiene una doble significación: lo masculino por el largo cuello de forma fálica y lo femenino por lo redondeado y sedoso de su cuerpo” en opinión de Pedro Almeida Cabrera, quizás el máximo especialista en Néstor y director del Museo durante veinte años. Se trata, claro, de una obra simbolista. Pero el mismo crítico destaca el concepto de la sexualidad en el pintor, “viéndose en ello un antecedente de la rebeldía surrealista”.  

NÉSTOR MARTÍN FERNÁNDEZ DE LA TORRE - ADAGIO 1903

 ¿Acaso, en fin, el pansexualismo freudiano como denominador común del Surrealismo, es decir, ‘Tendencia a encontrar en toda conducta una motivación sexual’? Pero, a la vez, ¿es también la liberación de impulsos reprimidos por convenciones morales según Freud (muere en 1939), padre del psicoanálisis?

FREUD

  Hoy, tiempos funestos, no podría “interdisciplinariedar”: el Museo Néstor permanece cerrado desde diciembre de 2017. La titularidad, según leo en la página de FEDAC, es del Ayuntamiento de LPGC. Es decir, la misma institución que ya hizo público el calendario del carnaval capitalino de 2025, grupo gobernante más interesado (¿fascinación, encantamiento, hipérbole?) en que el suyo sea quien cierre en Canarias el ciclo dedicado a la fiesta popular de mascaradas, pregones, murgas, bailes, quema de la sardina... 

 

  Así, ante tal reto hipersuperinternacional y de profundo compromiso psocial, ¿se justifica que la Cultura pase a un plano secundario, se escriba con minusculísima o, mismamente, se proceda al cierre definitivo de la institución museística? A fin de cuentas sería dinero ahorrado para las carnestolendas, quizás principio y fin de este gobierno municipal. (¡Ditoseadiós!) 

* Gracias a NICOLÁS GUERRA AGUIAR