Aturdimientos, confusiones, egos... - por Nicolás Guerra Aguiar

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Aturdimientos, confusiones, egos... 

Nicolás Guerra Aguiar

 

Permítame, estimado lector, comenzar este artículo de opinión con un texto sacado de  la magistralísima lección (“La patria de los canarios”) impartida por el doctor Morera Pérez en la apertura oficial del curso 2024 / 2025 de la Universidad lagunera.

MARCIAL MORERA

  Con la envidiable visión crítica, serena, científica y pedagógica que lo define, el catedrático de Lengua Española y miembro fundador de la Academia Canaria de la Lengua dijo:

“No deja de ser una temeridad [hablar de patrias] porque en una sociedad por razones históricas tan polarizada como la nuestra, con dos bandos irreductibles (el bando de los españolistas, con complejo de conquistadores, y el bando de los canaristas o indigenistas, con complejo de conquistados), se arriesga uno a recibir una pedrada a poco que no comulgue con las ruedas de molinos de sus planteamientos”.

  Pues bien, estimado lector. Aun a riesgo  de que me “achoquen” con tal pedrada (con la correspondiente coneja a la manera de cuando singuiábamos lajas y callaos ya en las orillas barranquiles de mi casco galdense, ya en el barranquillo Juan Delgado de Sardina), el párrafo me viene de maravilla para  entrar -con el máximo respeto- en algunas recientes consideraciones del señor presidente del Gobierno de Canarias. Estas se refieren a temas relacionados con nuestra tierra y cuyo enfoque entre colonialista (Estado español) e indigenista (Gobierno canario bajo su presidencia... y las correspondientes insinuaciones del PP) me parece poco acertado o, al menos, imprudente. 

CLAVIJO POR PADYLLA

  Así, el 17 del pasado julio leí en el digital cope.es un titular sobre declaraciones del señor Clavijo: “En ocasiones el Estado trata a Canarias como a una colonia”. “Y por ello, añade, es preciso levantar la voz”.  Ese mismo día, y en diariodecanarias.es, amplío la información. Así, cuando un periodista le preguntó en la rueda de prensa por algún caso en el cual hubiera sentido la agresividad del conquistador hacia el conquistado, el señor Clavijo contesta: “Cuando el Gobierno central niega a Canarias el plan de infraestructuras educativas y el de obras hidráulicas y cuando se intenta ‘atropellar’ las competencias autonómicas en materias como Costas”. 

  Pero no parece novedosa en boca del señor presidente tal flagelación victimista. Así, revolviendo en la hemeroteca doy por un casual con el siguiente texto encontrado en coalicioncanaria.org: “En el Senado (febrero 2022) acusa [el señor Clavijo] al Estado de ‘saltarse el fuero canario’ y provocar ‘el cierre y la ruina de muchas pequeñas y medianas empresas’ en las Islas”. Vayamos, pues, por partes, al golpito.

  Sobre el tema de “Costas” el Tribunal Constitucional acaba de echar por tierra (Canarias7, finales de septiembre) los alegatos contrarios a la orden de derribo del hotel Riu Oliva Beach (dunas de Corralejo, Fuerteventura) dictada por el Ministerio para la Transición Ecológica. Lo cual, desde el punto de vista de cualquier dictamen superior, obliga al inicial desalojo y posterior recuperación del amplísimo espacio natural ilegalmente ocupado. Procedimiento normal, por otra parte: la compañía hotelera, en el legítimo ejercicio de su derecho, intentó varias veces impugnar tal dictado pero… ¡descubrimos que fue el Gobierno de Canarias quien presentó el recurso contra el Ministerio y no (sospecho) la empresa privada!  

SANDOZ O ARENA, UN PAPAGAYO FUERA DE LA LEY

  Pero no es el único caso. Según comenté el pasado septiembre, el Gobierno de Canarias (PP, CoATIción y los versátiles gomeros) concedió a la promotora del hotel ilegal Sandos Papagayo (antes, Papagayo Arena) de Playa Blanca (Lanzarote) una ayuda directa de más de 2,45 millones de euros, “hotel que continúa abierto al público y alojando turistas a pesar de no tener ninguna licencia para ello” (lavozdelanzarote.com ratifica la primicia dada por Canarias Ahora). 

  Debo suponer, entonces, que antes de transferir los euros el Gobierno de Canarias no era consciente de la irregular situación de tal centro hotelero lo cual, a pesar de la ingenuidad, podría entenderse. No obstante, dadas su trascendencia extrainsular y las sentencias anteriores de tribunales de justicia, ¿es posible tal angelical ignorancia? Sí, claro, es posible. Pero como todo lo que es tiene su razón de ser, una de dos: o el Gobierno canario está en el limbo (‘Sin enterarse de lo que ocurre’, locución   registrada por el Diccionario) o a quienes promocionaron y bendijeron la concesión  de los 2,45 millones de euros los traicionó la memoria o, acaso, la precipitación.  (Uno, como exprofesor, recuerda aún los versos de Lope de Vega: “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? / ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, / que a mi puerta cubierta de rocío / pasas las noches de invierno, escuras?”.) 

LOPE DE VEGA

  Además, el “colonialismo español” del siglo XXI sospechado por el señor presidente me recordó el consejo de guerra celebrado en Las Palmas de GC (1962) contra Fernando Sagaseta de Ilurdoz Paradas y otros siete componentes de “Un movimiento llamado Canarias Libre”, así denominado por el tribunal militar. La sentencia los condenó a todos a penas de prisión: obviamente, la más dura cayó sobre el primero, “inductor ideológico”. Es decir, la parte supuestamente “perjudicada” ejerce como tribunal condenatorio. (Eso, señor presidente, sí fue colonialismo.) 

CONSEJO DE PAZ

  Allá por los años sesenta – lo concluí tras mis investigaciones para su publicación (2001)- una buena parte de la sociedad canaria tenía clara conciencia de que su tierra no era, realmente, tratada como a otras privilegiadas provincias españolas. Dos palabras -”godo, colonia”- formaban parte si no del público lenguaje oral sí, al menos, del íntimo entre gentes de las mismas percepciones. Prudencias y corduras se imponían, claro: a fin de cuentas la Brigada Político Social de aquellos años (imitada  por la “ppolicía ppolítica” de un Gobierno rajoyano del siglo XXI) andaba siempre ojo avizor. Pero los sentimientos fueron flagelados, en efecto, por godos y colonialistas.

3 CONSEJOS DE GUERRA Y 1 CONSEJO DE PAZ

  La primera voz, “godo”, viene definida por el Diccionario como ‘Despectivamente, español peninsular’, irregular definición, sospecho: no todos los peninsulares son godos ni todos los godos son exclusivamente peninsulares (conocí a algunos isleños baleares perfectamente godados). Y hoy la “colonia canaria”, intuyo, ya no depende de Madrid... sino de las multinacionales. 

  Así, ¿cuántas empresas extranjeras son copropietarias de la principalísima fuente de riqueza, puestos de trabajo directos e indirectos en las islas mientras los grandes beneficios del turismo se ingresan en bancos de mil un países? ¿Y las empresas-buitre (muchas, ajenas a España) que compran edificios completos, expulsan legalmente a sus inquilinos canarios y alquilan los pisos y apartamentos bajo la etiqueta “vivienda vacacional”? 

  Por tanto, me planteo, ¿habrá alguna razón interesadamente política para recuperar a estas alturas el muy restrictivo concepto de colonia aplicado a nuestra tierra como ‘Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera’, supuestamente España? A fin de cuentas, todo fracaso del Gobierno central redunda en beneficio del PP en su legítimo derecho para alcanzar la presidencia del Gobierno español. 

  Y los ppoppulares canarios (nacionales), oh casualidad, cogobiernan con CoATIción Canaria bajo la condicionada presidencia del señor Clavijo. O lo que es lo mismo: el señor presidente dejará de presidir si ya no les sirve a sus mantenedores. ¿Por qué, si no, abandonó en horas veinticuatro su pacto firmado con el Gobierno central para el forzoso traslado de menores africanos tras la negativa del PP? (Por cierto: ¿olvida este que “votó en contra del reparto de menores migrantes”, según leo en diario.es? ¿Podría hablarse de “colonialismo político”?)    


* Gracias a NICOLÁS GUERRA AGUIAR

Edición de Chema Tante