San Pedro Mártir y Héroe - por Juan García Luján

SOMOS NADIE

TIEMPO DE CANARIAS

Debe saberse que quién pasó a la historia como San Pedro Mártir, se había criado en una familia que pertenecía a la secta de los cátaros en Verona. Los cátaros creían que los humanos eran almas inmortales atrapadas en un cuerpo físico, los dirigentes de esa secta, como Pedro, desafiaban la doctrina y la hegemonía de la iglesia católica. Podría decirse que, aunque no hay vídeos en you tube que lo confirmen,  en alguna entrevista que le debieron a hacer a Pedro de Verona declaró “no podría dormir tranquilo si formara parte de la iglesia católica”.

Sin embargo, pasaron los años, y Pedro salió de la secta de los cátaros y se integró en la iglesia católica, y, lo que es más sorprendente todavía, mantuvo su alma inmortal y dormía estupendamente. Pedro de Verona era un gran orador, conocía muy bien la Biblia (que era como un manual de resistencia de dioses y santos) y recorrió Roma, Florencia y Bolonia haciendo tareas evangelizadoras, se dice que en esas ciudades triunfó, algo que no ocurrió en su paso por Génova, donde fue abucheado por los genoveses, que lo trataron como si fuese el mismísimo diablo.

Todo esto ocurrió en el siglo XIII. Imaginarán ustedes que, como ha ocurrido y sigue ocurriendo en la historia, los grandes líderes ganan a gran velocidad muchos seguidores pero, a la vez, también ganan enemigos. Y Pedro de Verona tuvo muchos. Pedro creía en nuestro Señor Jesucristo y predicaba la palabra de dios con gran convencimiento, pero creía demasiado en él, y por eso predicaba en ciudades y bosques. Y fue precisamente en el bosque de Barlassina cuando un sábado de Pascua de 1.252, le aparecieron entre los árboles y le apuñalaron la cabeza y el pecho. Se confió demasiado. Quizá si Pedro de Verona se hubiera retirado cinco días a meditar a una iglesia después de anunciar que a lo mejor dejaba su puesto, quizá hubiera sobrevivido. Pero lo asesinaron y la iglesia lo santificó y pasó a la historia como San Pedro Mártir.

Precisamente este lunes 29 de abril se celebraba la festividad de San Pedro Mártir. Y otro Pedro buen orador se asomó al bosque de la Moncloa y desde allí, bien protegido para que nadie lo apuñalara, anunció que está muy agradecido a sus fieles que estos días salieron a la calle al grito de Pedro, Pedro, Pedro, Pe.. y seguirá predicando su palabra.  Por amor Pedro estuvo a punto de dejar el sacerdocio, y por el amor que le han devuelto sus fieles, Pedro el Guapo ha dicho, el día de San Pedro Mártir, que sigue, lo que ha provocado la ira de los genoveses y otros exaltados que no paran de ‘voxiferar’.

Pedro el Guapo definió estos cinco días de reflexión como “gratificantes”, cree que salir a la madrileña calle Ferraz  bajo la lluvia y combinar canciones de Rafaella Carra, Quevedo con la Internacional, es una muestra de amor que hasta ahora solo le había mostrado Begoña. Para quienes abominan de esta música y la ven como  el sonido de la España del esperpento, no olviden que las canciones las gritaron en las mismas calles donde se gritó ¡vivan las cadenas!

 En estos cinco días de infarto no solo se ha retratado Pedro Guapo  (también llamado Pedro el enamorado desde aquella carta en la que anunciaba el retiro), también lo han hecho quienes desde el pensamiento más simplón han salido a la calle para defender que si Pedro se marchaba se acababa la democracia o quienes, en el otro extremo, piensan que si Pedro sigue va a instaurar una dictadura.

Un lugar aparte merecen quienes se siguen llamando  periodistas  pero en realidad se han convertido en aduladores de Pedro el Guapo o, en el otro lado del periodismo guerracivilista, en profesionales del odio dispuestos a difundir noticias que no permiten que la verdad les empañe el titular y a retratar al presidente como un dictador corrupto.  Veremos si la historia absolverá a Pedro el Guapo por estos cinco días hasta el punto de que aquel San Pedro Mártir asesinado en el bosque de Barlassina hace cinco siglos se transforme en San Pedro Mártir y Héroe. Si eso ocurriera, que los dioses lo bendigan, si, al contrario, Pedro el Guapo finalmente muere ardiendo en la hoguera de las vanidades, por mi parte asistiremos al entierro de un primer ministro más.

El problema es que en este camino del periodismo guerracivilista que están haciendo sanchistas y antisanchistas, y del pseudoperiodismo que está fabricando la ultraderecha, lo que en realidad pueda ocurrir es que finalmente nos convoquen al funeral del periodismo. Esto es lo que le preocupa a este cronista, queridos fanáticos.

@juanglujan

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