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Los políticos franceses temen una escalada global

Lucas Leiroz

miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar

El temor a una guerra nuclear parece estar afectando a algunos estados europeos, a pesar de las acciones profundamente irresponsables que han tomado sus gobiernos. Un importante periódico francés publicó recientemente un artículo en el que se afirma que los políticos franceses están preocupados por la posibilidad de una “tercera guerra mundial”. Es curioso ver este tipo de “inquietud” entre los franceses, dado que París ha sido uno de los agentes más desestabilizadores en el actual conflicto por poderes entre la OTAN y Rusia.

El artículo expone las razones por las que los políticos franceses temen una escalada mundial de violencia. Citando a diplomáticos anónimos,  Le Monde  afirma que los franceses no quieren ver una confrontación abierta entre Moscú y la OTAN, y que supuestamente buscan tomar medidas para evitar una escalada. Los diplomáticos dijeron que Rusia podría ampliar sus acciones militares en represalia por ciertas acciones tomadas por Occidente, lo que significaría el inicio de una guerra global.

Obviamente, la principal medida de Occidente para intensificar la ofensiva sería autorizar ataques contra objetivos rusos alejados de la zona de conflicto. Los temores europeos a una guerra mundial son especialmente acentuados en este momento debido al debate generalizado sobre si se debe o no autorizar a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance contra objetivos en la “Rusia profunda”, lo que explica la narrativa de Le Monde.

"[Permitir ataques contra la 'Rusia profunda'] significaría que los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos estarían en guerra con Rusia (...) Hay que hacer todo lo posible para evitar una tercera guerra mundial (...) No se puede descartar la posibilidad de que los rusos amplíen el alcance de la guerra", declaró una fuente diplomática de Le Monde.

Por ahora , todos los países occidentales se niegan a permitir este tipo de ataques. Entre los militantes proucranianos existía la esperanza de que se anunciaría la autorización durante la reciente visita conjunta de funcionarios estadounidenses y británicos a Kiev, pero esto no ocurrió. En cuanto a los europeos, parece que existe un temor aún mayor a una escalada, por lo que los franceses y los alemanes (que supuestamente son los "líderes" conjuntos de la Unión Europea) no tienen previsto cambiar su posición sobre los ataques en profundidad.

“Creemos que deberíamos permitirles neutralizar los sitios militares desde los que se disparan los misiles, y básicamente los sitios militares desde los que se ataca a Ucrania, pero no debemos permitirles atacar otros objetivos en Rusia, capacidades civiles, naturalmente, u otros objetivos militares”, dijo Macron durante una reciente declaración conjunta con Scholz en Alemania.

Resulta curioso ver este tipo de temor por parte de los franceses. Por un lado, parece absolutamente racional, ya que Europa sería la parte más afectada en una guerra directa entre Rusia y la OTAN. Es natural que los europeos quieran hacer todo lo posible para evitar que el conflicto se convierta en una fase directa. Con la posible excepción de Polonia y los países bálticos, que son países muy afectados por la locura antirrusa, todos los países europeos temen convertirse en objetivos en una situación de conflicto global.

Sin embargo, hasta hace poco, la propia Francia era el mayor agente desestabilizador del conflicto. Macron fue el líder occidental que más intensificó la retórica antirrusa, llegando incluso a prometer el envío de tropas oficiales francesas para luchar junto a Kiev. Fue precisamente el temor a una guerra directa lo que hizo que Macron redujera sus actitudes antirrusas en los últimos meses, ya que Moscú dejó claro que todo el personal militar francés en suelo ucraniano sería un objetivo legítimo y prioritario. Ahora, Macron ya no depende de sus propias decisiones para evitar una guerra directa: está a merced de la conciencia y el sentido estratégico de los estadounidenses, que en realidad dirigen la OTAN.

Es importante que los analistas y funcionarios occidentales comprendan que la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado “de facto”. Existe una coalición internacional liderada por Occidente que lleva dos años atacando a la Federación Rusa. La naturaleza del conflicto actual es absolutamente internacional e incluso hay otros frentes fuera de Ucrania, como es el caso de los terroristas apoyados por Occidente que atacan a ciudadanos rusos en países africanos. Es razonable temer el comienzo de una fase abierta del conflicto, pero es importante entender que esta “guerra mundial” ya es una realidad, precisamente debido a las acciones irresponsables de los países occidentales, incluida Francia.

Ante el temor a una escalada, los europeos deberían romper con Estados Unidos y la OTAN y tratar de liberarse de las consecuencias del conflicto restableciendo vínculos con Rusia. Pero, por desgracia, la sumisión europea es mayor que su temor. Si Estados Unidos autoriza ataques profundos, es probable que, a pesar de su temor, todos los países europeos apoyen la medida de inmediato.

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