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Francia hizo Stop a la extremaderecha de Le Pen. En España, solidaridad mezquina con Canarias, y VOX, ni eso. En las islas, arbitrariedades recaudatorias de la policía local

Erasmo Quintana *

La convocatoria de elecciones europeas 2024 fue, con su resultado, el detonante sorpresivo que provocó la decisión del presidente Macron de convocar elecciones generales anticipadas. El resultado inesperado y su mal encaje fue causa de la convocatoria, que no tocaba, para saber qué opinaba de él su país. Francia habló en las urnas y ya conoce, no sin amargura por su parte, que estaba más que harta de él la ciudadanía francófona. Por otra parte, el “cordón sanitario” obró el milagro, porque todas las sospechas, desde la Unión Europea hasta en nuestro país, España, eran que la extremaderecha de Marine Le Pen arrasaría, según todas las encuestas. Sin embargo, por la reticencia, no se contaba mucho con esa verdad incontrovertible, que es la que dice que la sabiduría reside en el pueblo.

Las extrema derechas se han quedado mohínas y muy calladas con este resultado de la vecina Francia, por tan claro rechazo a la política ultra, desde esa euforia contenida ante la expectativa del arrollador triunfo que todas las encuestas vaticinaban. Alicaído encontramos también al Partido Popular, y ni qué decir tiene cómo estará de ánimo su socio solidario Vox, hermano consanguíneo de la francesa, eterna aspirante a presidenta de la Quinta República, Marine Le Pen. Por alguna suerte de franqueza en expresarse públicamente estos partidos, cosa que hacen en los parlamentos nacionales, y votando ante luz y taquígrafos a favor de todo lo que beneficia a las clases más poderosas económicamente, y, a su vez en contra como sistema de las clases más desfavorecidas y vulnerables, con un no a la subida del salario mínimo interprofesional, no a garantizar el poder adquisitivo de las pensiones, elevándolas según el índice del coste de la vida (IPC), y no rotundo a todo aquello que vaya en beneficio de las clases más desfavorecidas de nuestra sociedad.

¿A quiénes representan, por tanto, el PP y VOX? ¿Quién no es capaz de ver lo que parece evidente? Por ello, ¿cómo es que un pobre desarrapado, que con lo que gana en su trabajo no llega a fin de mes sin sobresalto, vote a favor de quienes lo tienen con la soga al cuello, hundido en su precaria y humillante situación? En cambio, despotrica de aquellos partidos de izquierda que se desgañitan en el Parlamento defendiéndolos.

Actualmente se percibe en el ambiente algo curioso. La prensa y radiotelevisiones privadas de las derechas están algo mustias, porque no se les oyen ni se ven esos grandes titulares, aquellos que veríamos y oiríamos si el resultado de las elecciones en Francia las hubiera ganado la extremaderecha de Marine Le Pen. Esto nos hace caer en la cuenta de cómo se mueve la opinión mercenaria de las derechas y extremaderechas en Europa. Alicaído se muestra en sus declaraciones el portavoz nacional vasco del PP en la Sexta, cuando le piden que haga una valoración del fracaso de la ultraderecha en el país vecino, Francia. El “cordón sanitario” funcionó, y es una verdad sin paliativos. Se ha podido frenar el populismo de la negacionista extremaderecha en estas legislativas francesas. Ganaron las izquierdas con Mélenchon a la cabeza, 182, Macron 168 y Le Pen 143.

Otro problema, por si lo que tenemos encima es poco. Se trata del reparto equitativo y justo de los cerca de 6.000 menores migrantes no acompañados que soporta en exclusiva nuestra comunidad autónoma canaria. La Península, como viene siendo habitual, no se siente toda ella solidaria con los problemas de Canarias, y no aceptan acoger más que a 347 de esas personas, una cifra a todas luces mezquina, insuficiente. Por lo visto no somos España, somos otra cosa. El problema de ahora es que VOX  es menos solidario todavía con el Archipiélago de Canarias, puesto que ni siquiera acepta esa escasa cantidad de 347, está en contra del acuerdo que han alcanzado el Gobierno de España y los autonómicos para el reparto de estos menores no acompañados. Hasta el punto de romper los gobiernos en las cinco comunidades, aquellas donde gobiernan en coalición con el PP. El partido VOX abandona 4 vicepresidencias y 12 consejerías en los cinco gobiernos de coalición PP-VOX.

Esto lo minimizan en el PP porque los Presupuestos están todos aprobados. Pero lo cierto es que el abuso que se está cometiendo con Canarias no queda resuelto de momento; Comunidad esta que, tratándose de una potencia turística nacional y mundial, en realidad es una de las regiones más deprimidas: gran paro juvenil, carestía de la cesta de la compra, salarios bajos y la ultraperificidad: dos mil kilómetros la separan de la Península.  

Y para concluir, una perla cultivada: Hace poco he podido comprobar cómo funciona la Policía Local de nuestra capital, Las Palmas de Gran Canaria. En mi calle se anuló un vado de inválido por fallecimiento de su titular. Se borró el número oficial de la pared así como el señalado del suelo. Uno de estos días, necesitando sacar cosas de mi coche, aparqué un momento en ese vado anulado, y cuando bajo para marchar, me encuentro una multa en el parabrisas. Hablo con el agente, que estaba todavía por allí, y me dijo que aquello continuaba siendo un aparcamiento de inválido, aunque su titular falleciera. En mi enfado, le dije que los policías locales eran eficacísimos a la hora de multar, pero cuando eran necesarios no se les veía por ninguna parte, además de cómo iba yo a saber ese dato de vados anulados. Las Palmas de Gran Canaria es así. En democracias avanzadas, los agentes locales están para colaborar con el ciudadano y no para jorobarlo. En el gobierno del malogrado Juan Rodríguez Doreste (para muchos el mejor alcalde que ha tenido la ciudad), en una situación parecida, me encontré una nota de la policía local en el parabrisas, donde amablemente me advertían que había dejado el coche indebidamente, y que tuviera más cuidado para otra vez, pues multarían. Vaya esto también para conocimiento general, pues sigo viendo que allí continúan aparcando, como me sucedió a mí. Aquello está convertido ahora en una conveniente trampa para cumplir con el afán recaudatorio municipal.

Erasmo Quintana