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viernes, 03 de mayo de 2024 22:00h.

Desaladoras al máximo: favoreciendo el desperdicio del agua. Consecuencias ecológicas y energéticas - por Joan Buades

 

FR J B
Federico Aguilera Klink destaca este artículo de Joan Buades que, digo yo, Chema Tante, puede extrapolarse en buena proporción al hecho canario. Con la brutal diferencia de que en Canarias el problema, como ha demostrado Carlos Soler estriba eb las brutales pérdidas que sufren las redes de distribución y el empeño perverso en ocultar las reservas reales existentes. Como dice Aguilera Klink: "Desoladoras"

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Desaladoras al máximo: favoreciendo el desperdicio del agua. Consecuencias ecológicas y energéticas

Joan Buades, investigador especializado en turismo y crisis ecológica

El Govern catalán ha aprobado un nuevo plan hidrológico para triplicar la inversión para desalar agua del mar y depurar aguas residuales... ¿pero qué consecuencias ecológicas y energéticas tendrá?

DESALADORA DEL LLOBREGAT
DESALADORA DEL LLOBREGAT

 

En Cataluña nunca habíamos tenido tan poca agua. Con sólo unas reservas del 18,89% en las cuencas internas, el 13 de noviembre superamos el récord histórico de sequía de 1989 . Recordemos que esto afecta a más de seis millones de habitantes en la región metropolitana de Barcelona. Paralelamente, las cuencas compartidas registran el nivel más bajo desde 1998: en Tortosa , la estación terminal de la Confederación Hidrográfica del Ebro , en el último año hidrológico apenas ha llegado el 37% del caudal de agua medio de los últimos 25 años. 

El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes, no descarta la importación de agua con barcos como solución de emergencia. Es como un regreso al gran miedo de noviembre de 2008 . Desde entonces, se puso en marcha la desaladora de El Prat , la mayor de Europa para usos urbanos (60 hm3/año), y se duplicó la de Blanes (20 hm3/año). En el área metropolitana de Barcelona (AMB), el 33% del agua ya procede de la desalación y un 25% de la regeneración (no se puede beber, pero permite recargar acuíferos, usos industriales, agrícolas o regar campos de golf ). Estos recursos (inexistentes antes de 2010) explican que menos de uno de cada tres litros suministrados en el área más poblada del país provengan de unos embalses raquíticos. Sin embargo, 15 años después acabamos volviendo al punto de partida: el pánico ante la falta de este bien esencial.

A toda prisa, el Gobierno ha aprobado un nuevo plan hidrológico que prevé casi triplicar la inversión (más de 2.400 millones hasta el 2027) con dos grandes objetivos. Por un lado, duplicar la capacidad de desalación, pasando de los 80 a los 160 hm3/año gracias a una nueva desaladora en la Tordera con una producción equivalente a la de El Prat, así como la construcción de una nueva planta, la instalación de tratamiento de agua marina (ITAM) Foix, entre Cubelles (Garraf) y Cunit (Baix Penedès). Por otro lado, duplicar el nivel de regeneración de aguas depuradas para pasar de un 10% a un 20%. En conjunto, esto debería permitir aumentar un 30% la disponibilidad de agua hacia 2030. 

Desgraciadamente, ni políticos ni técnicos han tomado en consideración dos externalidades de su apuesta por el “solucionismo tecnocrático”: la explosión del impacto energético y el incentivo al crecimiento infinito del derroche de agua para usos no esenciales.

Primer problema: el gasto energético

Las dos desaladoras actuales son ya el segundo consumidor eléctrico de Catalunya después de la Renfe y por delante de los Ferrocarrils de la Generalitat y de toda la red de hospitales públicos. Construir una desaladora como la de Foix equivale al coste de 15 nuevos institutos de secundaria. No sale barato, pero esto radica en comparación con el consumo energético que supone. En Torrevieja (Baix Segura), la mayor desaladora de Europa (dedicada especialmente a llevar el agua para regadío en el predesierto alicantino y murciano) genera 80 hm3/año con un coste energético equivalente a toda la electricidad consumida por el turismo anual en Alicante . Pues bien, en 2030 las desaladoras de la Tordera se situarán en el mismo nivel de consumo energético. 

Desalar agua es seis veces más caro que la potabilización procedente de ríos. La de la ITAM de El Prat sale a 30 céntimos el m3 y la que viene del Ter sólo 0,5. Una de las derivadas es el encarecimiento en 2024 de un 30% del precio del agua . Dicen que es moderado porque el precio de la electricidad se ha incrementado un 50% . Pero el quid de la cuestión es ¿de dónde sale este enorme gasto eléctrico? Pues de Endesa , el líder del sector eléctrico español. Es decir, de la quinta empresa más contaminante de Cataluña . Si bien Aigües del Ter Llobregat (ATLL) afirma que la electricidad que compra es 100% renovable y que, por tanto, provoca emisiones cero, hay que dudar de ello.

Es poco creíble que tal intensidad sostenida de demanda energética provenga sólo de renovables. No es ningún secreto que, una vez introducidos en la red eléctrica, no se distinguen los electrones procedentes del petróleo, del carbón, del gas, de las nucleares o de las renovables . Y que el coste de certificar su origen es marginal. Por tanto, este gran crecimiento del consumo eléctrico vía desaladoras podría encubrir un aumento importante de las emisiones fósiles de Endesa. La explicación alternativa es que el abastecimiento sea nuclear, ya que la propia empresa es el accionista mayoritaria de Ascó y Vandellòs. Si así fuera, el incremento de la desalación actuaría de incentivo para prolongar más allá de 2030 el funcionamiento de estas peligrosas centrales ubicadas en Tarragona . 

Segundo problema: favorece el turismo y la construcción

El turismo y la construcción son los grandes favorecidos por este crecimiento de la oferta hídrica. En la Costa Brava, uno de los lugares más golpeados por la sequía, en municipios como Begur, la población estival multiplica por siete el número de residentes . En el sur del país, el Consorcio de Aguas de Tarragona reconoce un sobreconsumo de un 69% más de agua en agosto respecto a febrero. Llama la atención que no existen datos públicos sobre la evolución del consumo de agua según las estaciones del año. En las Islas, aprovechando la parada absoluta del turismo durante la pandemia en 2020, la Universidad de las Islas Baleares (UIB) concluyó que uno de cada cuatro litros de agua anuales los consume el turismo . Un segundo nivel de sobreconsumo turístico tiene que ver con el trasvase de agua regenerada en campos de golf. El Consorcio de Aguas Costa Brava Girona desvía casi un tercio de toda la producción en lugar de recargar acuíferos o regar huertos. 

Vista la sequía extrema de los últimos años, es injustificable que no se haya aplicado ninguna restricción relevante al sector turístico a diferencia de lo ocurrido con la agricultura. Que en verano, en el máximo anual de turistas, exista la menor disponibilidad de agua y el Gobierno no se dé por concernido dice mucho sobre quien manda en nuestro país.

Acabamos hablando del país que tienen en mente los vips políticos y técnicos. Está en fase de consulta pública el Plan director urbanístico metropolitano de Barcelona (PDUM), que afecta a los 3,2 millones de habitantes del AMB. Basta con decir que, siguiendo la lógica desarrollista de siempre, la del inolvidable promotor y alcalde Josep Maria de Porcioles, el PDUM reserva suelo para 217.000 nuevas viviendas . Prevé un incremento del 14% del consumo de agua y del 13% en electricidad pero no contiene ningún objetivo concreto de mitigación y gestión sostenible de la demanda de agua en un contexto de crisis climática. Tampoco detalla cuál es el coste actual ni futuro del incremento de la desalación, vía electricidad fósil o nuclear.

CRITIC La casa de mi tía republica por el alto interés del contenido, bajo los principios de Uso Justo de la UE
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MANCHETA MARZ 24